martes, 16 de octubre de 2012

CÓMO ALEJAR A TU HIJO DE LAS DROGAS. INTRODUCCIÓN.


 José Luis Rufo Rodríguez.



Retomo mi actividad en el blog, con una serie de artículos dedicados a aquellos que, como un servidor, tenemos hijos pequeños y nos preocupa la posibilidad de que entren en el mundo del consumo de drogas (legales o ilegales).


No pretendo aleccionar, sólo plantear mi visión basada en dos aspectos fundamentales:

- Mi experiencia como padre.

- Mi experiencia como psicólogo en programas de drogas.

Prácticamente he de reconocer que ambas se iniciaron al mismo tiempo hace ya unos 10 años y ambas empezaron con temores y dudas sobre cómo ejercer mi rol. Como creo que nos habrá pasado a todos, una cosa es el conocimiento teórico y otra muy distinta el ejercicio práctico. Cuando nos dan la noticia que vamos a ser padres, lo normal es que nos invada una felicidad enorme pero no podemos olvidarnos de la responsabilidad de lo que vamos a convertirnos.
Digo ésto porque me encuentro casos (y no sólo hablo de mi práctica profesional) donde me da la sensación que el hecho de convertirse en padres ha llegado sólo por inercia, "por ley de vida", sin tener en cuenta la importancia de lo que significa concebir un hijo. Es por ello que me pareció de una madurez inusitada el comentario de una compañera mía de trabajo en Cruz Roja cuando, hablando sobre la maternidad, me dijo: - Me encantan los niños, me gusta jugar con ellos, que lo pasen bien....pero no quiero la responsabilidad de ser madre. No quiero ataduras, sé que tener hijos implica mucha responsabilidad y no las quiero. Ese discurso que se puede entender como egoísta, me pareció todo lo contrario: mi amiga era tan consciente de la responsabilidad que suponía ser padres que, por el momento, no la quería para ella ni su pareja (él estaba de acuerdo).
Otro ejemplo me llega de una famosa serie de TV, que imagino os sonará: Friends. En uno de los argumentos de la serie una de las protagonistas, Mónica (Courtney Cox), y su pareja Richard (Tom Selleck) acaban su relación por sus diferencias sobre tener hijos: ella lo deseaba, él no. Decisiones de este estilo no sólo me parecen inteligentes sino que demuestran amor por lo que puede venir al mundo.

Ser padres es un regalo maravilloso....pero también una inmensa responsabilidad. Una etapa de alegrías....pero también llena de disgustos, miedos, temores...

Como les comento a los pacientes que acuden a la asociación ARCA, dedicada a la lucha contra las consecuencias del abuso-dependencia del alcohol, cuando uno lleva una etapa de abstinencia prolongada la balanza decisional en la que introducimos en un lado del peso las consecuencias positivas del consumo y en el otro las consecuencias positivas de la abstinencia, estas últimas deben ser tan pesadas que nos lleve a la decisión de mantener la abstinencia: Pasamos de un "No puedo beber", a un "no quiero beber" . Lo mismo ocurre con la decisión de ser padres: en un lado de la balanza no hay que olvidar lo positivo de mantener nuestra "libertad" y no someternos a las ataduras de tener hijos, pero si realmente lo queremos y se trabaja desde la responsabilidad hay millones de razones que harán caer la balanza hacia el otro peso, y convertirán nuestra decisión en una de las más felices de nuestra vida.


Obviamente uno de los mayores peligros que nos encontraremos como padres es el mundo de las drogas. Vidas destruidas, familias rotas, tragedias...todo ésto se esconde tras esas sustancias, y debemos tener las ideas claras de como actuar para intentar que nuestros hijos no caigan en ese mundo. Sin entrar en culpas, muchas veces tengo la sensación que si las cosas se hubieran hecho con sentido común, si los padres hubieran tomado otra actitud probablemente no nos encontraríamos muchas historias que día a día escuchamos en nuestro trabajo. No quiero que se entienda mal, insisto que esto no son lecciones y lo que os comentaré en distintas entradas del blog  no son el elixir maravilloso que todo lo solucione....El día de mañana (espero que no ocurra) el mismo que os escribe estas líneas, puede enfrentarse con el problema en una de sus hijas. Es precisamente esta actitud, la que me mantiene en alerta y centra mi esfuerzo en jugar este partido e intentar ganarlo....


Soy consciente de la dificultad que los padres tenemos en esta tarea, y que por desgracia  el partido a jugar depende de muchos factores, pero sí estoy convencido que teniendo en cuenta nuestra actitud a la hora de educar a nuestros hijos la probabilidad de caer en estas adicciones se reduce, o que si esta desgracia nos llega, nuestra capacidad de afrontamiento ayudará a salir de la situación.


Un último apunte para acabar esta introducción, dirigida a los políticamente correctos....lo siento, me niego a diferenciar, cada vez que los nombre, a padres y madres. Me parece absurdo. Cuando hable de padre me dirijo a los dos, igualmente si se habla de madres me siento integrado, no tengo problemas...ser padres no es cuestión de sexos, sino de figuras implicadas y responsables.

Acabada la introducción empezaré con los artículos. Espero que os gusten y que comentéis lo que deseáis...


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