viernes, 16 de noviembre de 2012

NÁUFRAGOS DEL SISTEMA. (Octubre y Noviembre 2012).


Programa 3-10-12.



Programa 10-10-12. Consumo moderado de alcohol.




Programa 24-10-12. Alcohol y medicamentos.



Programa 31-10-12. Alcohol como droga de inicio.



Programa 7-11-12. Comentamos la desgracia de Madrid Arena. Fiestas y alcohol.






Programa 14-11-12. Alcohol y juventud.















Programa 21-11-12. Riesgos del consumo de cannabis.
















Programa 28-11-12.


COMO ALEJAR A TU HIJO DE LAS DROGAS (2). EL MODELO.

 José Luis Rufo Rodríguez.

Si todo el aprendizaje se realizara exclusivamente a través de condicionamientos con refuerzos y castigos nuestra capacidad sería muy limitada.

En 1974, junto a Walters, Albert Bandura estableció la teoría cognitiva social del aprendizaje, basándolo en el llamado aprendizaje vicario. Este tipo de aprendizaje al que también se le denomina de observación, de modelado o cognitivo social, se basa en una situación social en la que participan como mínimo dos sujetos: el modelo, que realiza la conducta, y el que la observa. En este aprendizaje no existe refuerzo, y se produce por imitación.

Como explica el propio autor: “En todos las culturas, los niños adquieren y modifican patrones complejos de comportamientos, conocimientos y actitudes a través de la observación de los adultos” (…) afortunadamente, la mayor parte de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado”.

Este tipo de aprendizaje nos otorga a los padres una gran responsabilidad en la educación y posterior desarrollo de nuestros hijos. No nos sitúa como meros espectadores pasivos en sus vidas y tampoco como exclusivos jueces que dictamos sentencia con castigos y recompensas sin otro tipo de labor. Para que el niño respete la autoridad, también debe percibir lógica en el modelo de sus padres.

-      Hijo mío, fumar es malo…dijo el padre mientras aguantaba el cigarro con la mano….

-      No bebas hijo, el alcohol es dañino…-a la vez que percibe nuestro hijo que lo consumimos de forma habitual y, en muchas ocasiones, en exceso…


Tenemos que ser conscientes que si tenemos un problema de abuso con una sustancia, no sólo estamos realizando una conducta nociva para nuestra salud, sino también influimos en la salud física  (por ejemplo como ocurre con los fumadores pasivos) y emocional de nuestro entorno.

En numerosas ocasiones  padres y madres afectados por adicciones me comentan en consulta cómo en la mejoría personal que significa para ellos la abstinencia de la sustancia, sus hijos pequeños, niños de 3 o 4 años, les hacían sentir como si hubiesen estado en ausencia durante largo tiempo: los niños les piden que estén con ellos, que les cuiden, les preguntan si los quieren y se abrazan a ellos y los besan como si hubieran recuperado algo muy necesario. Es el mejor ejemplo de la necesidad que los niños tienen de sus padres y de lo inseguros que se sienten cuando esas figuras flaquean.

Pero sin llegar al caso extremo en el que una sustancia marca nuestras vidas y la de nuestros hijos, nos debemos plantear si realmente estamos siendo un ejemplo positivo en muchas situaciones para nuestros niños. Sólo es animarse a hacer un poco de autocrítica, todos debemos asumir errores.

No tenemos que obsesionarnos con ser padres perfectos, dioses que nuestros hijos admiren. Basta con ser coherentes, ofrecerles toda la información posible y utilizar nuestras conductas como modelo para que, con su observación, la imiten.

Si un niño observa como su padre es aficionado a la lectura y  su padre le explica por qué lo hace y  el placer que obtiene, le anima a  hacerlo, le acompaña en sus primeros cuentos, le facilita libros adaptados, leen juntos…es más que probable que ese niño acabe teniendo en la lectura una de sus pasiones.


Lo mismo ocurre con cualquier acción, no sólo las positivas…

Si desde el principio acostumbramos a nuestros hijos que la forma de divertirnos se realice exclusivamente a través de una sustancia, como puede ser el alcohol, si el niño observa que en las fiestas su padre se excede con la bebida, su única forma de diversión y de estar con amigos es en bares o acompañados por bebidas alcohólicas…no nos asustemos después cuando con 13 años se marche de botellón. ¿Qué autoridad tendremos para prohibirle que vaya? Si nos escudamos en que “lo hace todo el mundo” o en “bebo lo normal”, sin  otra reflexión, las consecuencias nos estallarán en casa.

El modelo no sólo debe centrarse en el control del consumo de sustancias, aunque sean legales, también en reportarle desde el inicio aficiones, hobbies, en cómo comportarse con los demás, respetar si quieres que te respeten,….

El acompañar a nuestros hijos en los inicios, ofreciéndole nuestra experiencia, nuestros gustos, nuestros pasiones…es una de las actividades más placenteras para un padre….no se trata de que el niño desarrolle exclusivamente los gustos del padre, ni que éste, como muchas veces también ocurre por desgracia, se frustre si el niño no toma exactamente el camino que su padre piensa para él, se trata de que conozca que hay muchas formas de diversión, de refuerzo, que no consisten en la búsqueda del refuerzo inmediato y fácil que nos pueden proporcionar las sustancias psicoactivas.

El modelado paterno es un amplio abanico de acciones, de las que incluso se puede sacar provecho cuando el padre se equivoca. Si nuestro hijo percibe que el padre rectifica, que pide disculpas, le enseñará que la vida es un permanente aprendizaje y que no podemos quedarnos en el camino fácil y sencillo, sino que lo apasionante es descubrir un mundo de experiencias de las que disfrutar por sí mismo, sin ayuda de sustancia alguna.

Obviamente alguien puede argumentar que un problema de drogas no es causa única del quehacer de los padres, esto es, el hijo de la familia tal acabó  consumiendo drogas y sus padres no lo hacían, ni siquiera fumaban tabaco ni bebían alcohol. Ante estos casos he de insistir en que esto no nos puede hacer que no ejerzamos nuestro responsable papel. Claro que después en la vida de una persona influyen otros factores, pero por esa regla de tres pues no enseñemos a nuestros hijos a cruzar la calle, ni a respetar las señales y además que vean que nosotros mientras conducimos o circulamos como peatones no lo hacemos…¡total el día de mañana por mucho que le enseñe puede tener un accidente…! El planteamiento es por sí ridículo. Los padres tenemos la obligación de dar el máximo, independientemente de lo que ocurra después. Es nuestra responsabilidad, y muchos debieran planteársela antes de tener un hijo.

Insisto que en la experiencia profesional diaria (al menos la de un servidor) se reconocen muchas carencias educacionales en los pacientes y que cuando se realiza bien la labor de progenitores se reduce considerablemente el riesgo, no sólo de caer en el mundo de las drogas sino de evitar otros trastornos.

Incluso cuando los padres de jóvenes, que por desgracia comienzan a venir en mayor cantidad a una asociación en la que se lucha contra las drogas, acuden  a consultas y asesoramiento reconocen que independientemente del resultado, aunque normalmente positivo, al menos siempre es tranquilizador saber que estás haciendo todo lo posible.


 Para ello  hay que abandonar la actitud de:

 - a mi nadie me tiene que decir cómo educar a mi hijo…- pues lo siento caballero, siempre se puede mejorar y por supuesto todos cometemos errores susceptibles de cambio.

Tan peligroso es el padre que no hace nada, cómo el que cree saberlo todo y no necesita ayuda.

Todos la necesitamos….



RESUMEN:

-      La mayor parte de la conducta humana se aprende por observación mediante modelado.


-      El modelo no sólo debe centrarse en el control del consumo de sustancias, aunque sean legales, también en reportarle desde el inicio aficiones, hobbies, en cómo comportarse con los demás, respetar si quieres que te respeten.


-       Para que el niño respete la autoridad, también debe percibir lógica en el modelo de sus padres: - Hijo mío, fumar es malo…dijo el padre mientras aguantaba el cigarro con la mano….

viernes, 19 de octubre de 2012

COMO ALEJAR A TU HIJO DE LAS DROGAS (1). LO SIENTO, NO ERES SU AMIGO.

 José Luis Rufo Rodríguez.


CAPÍTULO 1. NO ERES AMIGO DE TU HIJO.


Comienzo estos capítulos, con una frase utilizada frecuentemente y que, personalmente, me da pavor. -Quiero ser amigo de mi hijo...- Inmediatamente cuando la escucho reconozco que mi rostro se torna serio y contesto lo más firmemente posible: - Lo siento, no lo eres, ni lo serás. Ser padre es muchísimo mas importante que ser un amigo. Tu hijo necesitará a sus amigos y sus padres no deben estar en ese grupo.

Os animaría, como creo que ya he hecho en alguna entrada de este blog, a conocer un poco sobre la Teoría del Apego de Bowlby . Este autor había mostrado la necesidad de los niños de contar con un apego seguro proporcionado principalmente por las figuras materno/paternas. Para Bowlby, los niños que sufren carencias desarrollan signos de deprivación parcial-una necesidad excesiva de afecto o venganza, intensa culpa y depresión –o de completa deprivación –apatía, retardo en el desarrollo y falta de respuesta, y más adelante signos de superficialidad, déficit de concentración, engaños y robos compulsivos. Disculpadme el comentario fácil...un amigo no tiene esa responsabilidad. Insisto en esta línea, no para adentrarnos en la teoría del apego como un dogma exclusivo de fe, pero sirva para concienciarnos de la importancia de las figuras parentales y las consecuencias de no cumplir con nuestra tarea.



Puedo entender que muchos profesionales hace años defendieran una posición permisiva ante un modelo paternal basado en la autoridad y la visión servil del hijo que se proyectaba hace años, aunque para ser sincero,  ni siquiera esto último lo tengo tan claro. Padres maravillosos, comprensivos y verdaderos educadores han existido siempre...y padres con excesos de autoridad los había entonces y continúa habiéndolos hoy...eso depende mas de la personalidad del progenitor que de una tradición permanente....Baste como ejemplo, la parábola del hijo pródigo del nuevo testamento, que precisamente no es de anteayer... Ejemplos de padres con un buen modelo educacional los encontramos desde siempre...

Además no pensad que este problema sobre la falta de autoridad de los padres y la rebeldía de los hijos es tan reciente. Sirva esta cita como ejemplo:

"Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros." (Sócrates).


Ser padres implica ser la referencia principal de vuestros hijos en los primeros años. La importancia y necesidad de los progenitores son esenciales. El niño debe saber siempre quiénes ostentan la autoridad, quiénes son las personas a las que debe obedecer. Necesita para su desarrollo reconocer esas figuras y, si se ejerce con lógica, serán precisamente esas personas ante las que el niño también se sienta protegido y recompensado. Si pretendes ser un amigo de tu hijo olvídate de ese aspecto, a un amigo no se le obedece...a unos padres sí. Se que estoy tocando términos que a algunos les "molestan", permitidme entonces el comentario...!así vamos! ...


Autoridad y obediencia no tienen que ser términos negativos, lo serán si los confundimos con autoritarismo, opresión, maltrato y discursos sin sentido exclusivamente basados en el "porque te lo digo yo..."


Permitidme recurrir a ejemplos cinematográficos, en este caso de Disney, y particularmente en la obra maestra de 1994 "El rey león". En esta película, la figura del padre me parece un maravilloso ejemplo de lo que debe ser un buen educador: protector para su hijo y amoroso, pero firme y mostrando su autoridad cuando el hijo le desobedece. Mufasa, el padre del pequeño Simba le explica a su hijo el por qué de su decepción y del castigo, el pequeño león acaba entendiéndolo y aceptando su error, así como las consecuencias del mismo.



Esto hay que fomentarlo desde que el niño comienza "a tener uso de razón". La firmeza y la autoridad hay que tenerlas desde el comienzo. Basta con un ejemplo, quizás exagerado pero creo que significativo: si un niño de meses o un año intenta meter los dedos en un enchufe, hay que protegerlo haciéndole ver de forma seria y firme que ese sitio es peligroso. Basta con un gesto serio y elevar un poco la voz, el niño entenderá que no debe hacerlo...y si lo sigue intentando mantener la firmeza a pesar de su insistencia. Esto vale desde el inicio y con cualquier tipo de rabieta del niño, puesto que éste debe aprender que no va a salirse con la suya, si llora y al final lo consigue (sea lo que sea), a pesar de su corta edad comenzará a ganarnos la partida, y la autoridad es una lucha de posiciones que los padres nunca deben perder, sobre todo en los primeros años....Conforme el niño crece, la autoridad se mantiene, pero poco a poco empezaremos a explicarle cuáles son las razones de nuestra actitud y por qué tomamos esta decisión.



Es en este punto donde empezamos la conexión con el riego de las drogas...Si dejamos claro desde el principio que no debe entrar en ese mundo, lo acompañamos con nuestro ejemplo y le explicamos las razones, el niño entenderá por qué no debe hacerlo, a pesar de los mensajes externos que le animen a ello.



- Si soy un amigo, mi hijo adolescente me lo cuenta todo.....- me comentaba una madre en consulta, cuyo hijo de 16 años ya estaba inmerso en un serio problema de abuso de drogas. Grave error...tu hijo debe tener sus círculos establecidos y en cada uno debe tener claro su rol. Espero que el día de mañana, que está ya cerca, mi hija no me cuente qué chavales o chavalas (si se da el caso) le gustan o no...eso quede para sus amigas...o que de mayor me cuente con quién tiene o no relaciones...lo que me gustaría es que hubiera aprendido desde su infancia a contar lo importante y, si encuentra una relación que signifique tanto para ella como para implicarla en su vida pues entonces sí querer hablarlo con su padre...

Los padres debemos aceptar cuáles son nuestros roles y no querer introducirnos en áreas que no son las nuestras. Un niño conforme crece va necesitando de la privacidad que también le ofrecen las relaciones con sus amigos. No debe preocuparnos el hecho de estar permanentemente fingiendo ser uno más de ellos para así ganar su confianza. Eso ocurre en padres excesivamente controladores y temerosos, que inculcarán a sus hijos un miedo permanente por salirse de su círculo familiar, o por otro lado, a padres "inmaduros" que no aceptan su responsabilidad y, pretendiendo ser un "colega" más de su hijo, intentan recuperar sus carencias emocionales a costa de sus hijos. En ambos casos esta posición es un peligro...

Sirva como ejemplo otro caso de nuestra actividad diaria en el cual los padres de un chaval de 17 años habían pasado la adolescencia de éste siendo prácticamente uno más de su pandilla. En esa línea, permitían que su hijo subiera a su casa cada vez que quería a los amigos, sin importar horarios ni condiciones; le proporcionaban los preservativos para que el adolescente mantuviera cuántas relaciones quisiera. A pesar de los problemas, cada vez más acusados, que el chico presentaba con una droga como el alcohol nunca ponían en práctica exigencias ni castigo alguno y tras la regañina inicial, el fin de semana siguiente el muchacho volvía a salir sin ningún tipo de problemas.

Lo curioso del caso es que las pocas veces que estos padres habían sido algo más estrictos, el joven mejoraba su comportamiento.

Obviamente, siguiendo la línea inicial ("soy el colega de mi hijo") la situación empeoraba progresivamente. De las borracheras se pasó al coma etílico, del alcohol a los porros. Las malas contestaciones se hicieron diarias y el "chiquillo" se adueñó de la casa.

Los padres, en la consulta, no se explicaban qué habían hecho mal y por qué su hijo se comportaba de esa manera. "!Señores!- les dije- a partir de ahora no citaré a su hijo sino que serán ustedes los que deberán venir a consulta!"



Tengamos en cuenta entonces, que sin estar inmersos totalmente en el grupo, el entorno de nuestro hijo y él mismo darán señales más que suficientes para advertirnos de los peligros o de que su conducta no es la adecuada. Prestando atención a cómo es ese entorno (desde el inicio de la infancia) podemos advertir qué o quiénes son amistades más favorables para nuestro hijo. No entendedme mal, no hablo de clases sociales, ni de estatus sino de comportamientos, de educación, de respuestas malsonantes, insultos, descalificaciones, agresividad,...de las que tenemos que advertir a nuestros hijos y ,si llega el momento, alejarlos (de cómo hacerlo llegado el caso, lo trataremos más adelante).



Recuerdo un caso en el que una madre me comentaba cómo su hijo de 6 años había roto la amistad con su mejor amigo hasta el momento...ella diligentemente quería hablar con la madre del otro niño para solucionarlo...-no lo hagas....ese tema es de tu hijo...si quieres quedarte tranquila habla con el maestro para saber si hay algo que haya notado como preocupante, un cambio de actitud en el niño, agresividad, insultos,...pero si eso no es así, deja que tu hijo tome esas decisiones...habla con él, escúchale y dale tu opinión pero no interfieras..... A los pocos días me comentó que ambos niños lo habían arreglado y volvían a ser tan amigos....Debemos intentar aprender a distinguir lo importante de lo cotidiano y normal en la vida de nuestros hijos...El cómo se comporta en clase, si es conflictivo, si recibe insultos por parte de otros niños, el esfuerzo en sus obligaciones (sí obligaciones y deberes, sí, desde el principio un niño debe saber sus obligaciones...ya hablaremos en otro capítulo de ello). Eso es lo importante...lo que me comentaba esta madre entra dentro de la privacidad del niño, que también hay que fomentarla... y darle su espacio. El aprendizaje de nuestro hijo debe basarse en la práctica de libertad de su acción...¿os imagináis aprender a conducir un coche si el maestro de la autoescuela se sentase al volante y llevara el vehículo? El instructor debe mostrar una posición muy directiva al principio para, posteriormente, ir dejando que el alumno sienta que va tomando el control del coche, llegando el momento en que, aunque esté vigilante para intervenir, sólo lo hará en caso de peligro inmediato. Conforme el niño avanza en su desarrollo, hay que fomentar la toma de sus decisiones. La figuras paternas van dejando la fase de dirección, para pasar a la de orientación e intervención si el riesgo es evidente, y sin dejar en ningún momento de mostrar el camino más acertado con su propio modelo, con sus actuaciones, proporcionándoles a los hijos una información seria y rigurosa de cuáles son los riesgos a los que se enfrentan, entre los que se encuentran, por supuesto, las drogas.


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martes, 16 de octubre de 2012

CÓMO ALEJAR A TU HIJO DE LAS DROGAS. INTRODUCCIÓN.


 José Luis Rufo Rodríguez.



Retomo mi actividad en el blog, con una serie de artículos dedicados a aquellos que, como un servidor, tenemos hijos pequeños y nos preocupa la posibilidad de que entren en el mundo del consumo de drogas (legales o ilegales).


No pretendo aleccionar, sólo plantear mi visión basada en dos aspectos fundamentales:

- Mi experiencia como padre.

- Mi experiencia como psicólogo en programas de drogas.

Prácticamente he de reconocer que ambas se iniciaron al mismo tiempo hace ya unos 10 años y ambas empezaron con temores y dudas sobre cómo ejercer mi rol. Como creo que nos habrá pasado a todos, una cosa es el conocimiento teórico y otra muy distinta el ejercicio práctico. Cuando nos dan la noticia que vamos a ser padres, lo normal es que nos invada una felicidad enorme pero no podemos olvidarnos de la responsabilidad de lo que vamos a convertirnos.
Digo ésto porque me encuentro casos (y no sólo hablo de mi práctica profesional) donde me da la sensación que el hecho de convertirse en padres ha llegado sólo por inercia, "por ley de vida", sin tener en cuenta la importancia de lo que significa concebir un hijo. Es por ello que me pareció de una madurez inusitada el comentario de una compañera mía de trabajo en Cruz Roja cuando, hablando sobre la maternidad, me dijo: - Me encantan los niños, me gusta jugar con ellos, que lo pasen bien....pero no quiero la responsabilidad de ser madre. No quiero ataduras, sé que tener hijos implica mucha responsabilidad y no las quiero. Ese discurso que se puede entender como egoísta, me pareció todo lo contrario: mi amiga era tan consciente de la responsabilidad que suponía ser padres que, por el momento, no la quería para ella ni su pareja (él estaba de acuerdo).
Otro ejemplo me llega de una famosa serie de TV, que imagino os sonará: Friends. En uno de los argumentos de la serie una de las protagonistas, Mónica (Courtney Cox), y su pareja Richard (Tom Selleck) acaban su relación por sus diferencias sobre tener hijos: ella lo deseaba, él no. Decisiones de este estilo no sólo me parecen inteligentes sino que demuestran amor por lo que puede venir al mundo.

Ser padres es un regalo maravilloso....pero también una inmensa responsabilidad. Una etapa de alegrías....pero también llena de disgustos, miedos, temores...

Como les comento a los pacientes que acuden a la asociación ARCA, dedicada a la lucha contra las consecuencias del abuso-dependencia del alcohol, cuando uno lleva una etapa de abstinencia prolongada la balanza decisional en la que introducimos en un lado del peso las consecuencias positivas del consumo y en el otro las consecuencias positivas de la abstinencia, estas últimas deben ser tan pesadas que nos lleve a la decisión de mantener la abstinencia: Pasamos de un "No puedo beber", a un "no quiero beber" . Lo mismo ocurre con la decisión de ser padres: en un lado de la balanza no hay que olvidar lo positivo de mantener nuestra "libertad" y no someternos a las ataduras de tener hijos, pero si realmente lo queremos y se trabaja desde la responsabilidad hay millones de razones que harán caer la balanza hacia el otro peso, y convertirán nuestra decisión en una de las más felices de nuestra vida.


Obviamente uno de los mayores peligros que nos encontraremos como padres es el mundo de las drogas. Vidas destruidas, familias rotas, tragedias...todo ésto se esconde tras esas sustancias, y debemos tener las ideas claras de como actuar para intentar que nuestros hijos no caigan en ese mundo. Sin entrar en culpas, muchas veces tengo la sensación que si las cosas se hubieran hecho con sentido común, si los padres hubieran tomado otra actitud probablemente no nos encontraríamos muchas historias que día a día escuchamos en nuestro trabajo. No quiero que se entienda mal, insisto que esto no son lecciones y lo que os comentaré en distintas entradas del blog  no son el elixir maravilloso que todo lo solucione....El día de mañana (espero que no ocurra) el mismo que os escribe estas líneas, puede enfrentarse con el problema en una de sus hijas. Es precisamente esta actitud, la que me mantiene en alerta y centra mi esfuerzo en jugar este partido e intentar ganarlo....


Soy consciente de la dificultad que los padres tenemos en esta tarea, y que por desgracia  el partido a jugar depende de muchos factores, pero sí estoy convencido que teniendo en cuenta nuestra actitud a la hora de educar a nuestros hijos la probabilidad de caer en estas adicciones se reduce, o que si esta desgracia nos llega, nuestra capacidad de afrontamiento ayudará a salir de la situación.


Un último apunte para acabar esta introducción, dirigida a los políticamente correctos....lo siento, me niego a diferenciar, cada vez que los nombre, a padres y madres. Me parece absurdo. Cuando hable de padre me dirijo a los dos, igualmente si se habla de madres me siento integrado, no tengo problemas...ser padres no es cuestión de sexos, sino de figuras implicadas y responsables.

Acabada la introducción empezaré con los artículos. Espero que os gusten y que comentéis lo que deseáis...


sábado, 9 de junio de 2012

NÁUFRAGOS DEL SISTEMA (Junio 2012)

Aquí teneis los enlaces de los programas de Junio:

Alcoholismo femenino. Juan Gibert Rahola y Jose Luis Ruffo.

Aspectos sociales del alcohlismo

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=LGxIpqvqQU4

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=E5pVoEUxgqk#!

NAUFRAGOS DEL SISTEMA. ( Mayo 2012)


Os dejo los enlaces de los programas de Náufragos del Sistema:

Tratamiento médico del alcoholismo. Ignacio Ruz y José Luis Ruffo. Nueva entrega de nuestro programa semanal. En esta ocasión hablamos con el doctor Ignacio Ruz Franci, especialista en alcoholismo, compañero de andanzas desde 2002,cuando coincidimos en el Servicio de alcoholismo de Cruz Roja Española en Cádiz y desde 2006 en ARCA. Se me olvidaba decir lo más importante: gran amigo.

Aspectos generales. Manuel Martínez y Alberto Matilla. El psiquiatra experto en adicciones Doctor Manuel Martínez Delgado, comentará esta semana junto a Alberto Matilla, aspectos generales sobre el alcoholismo: consumos de riesgo, direrencia abuso, dependencia,....

Espero que sea de vuestro interés.

jueves, 24 de mayo de 2012

NAÚFRAGOS DEL SISTEMA

Náufragos del sistema, es el nombre del espacio semanal que en el programa Buenos Días de Onda Cádiz TV, se dedica a hablar del mundo de las drogodependencias, prestando especial atención a las consecuencias del abuso y dependencia al alcohol.

Conscientes de la necesidad de trasmitir la información necesaria sobre el consumo de estas sustancias y hacer llegar a la población el conocimiento de las consecuencias que provocan, la Asociación ARCA en Cádiz pone en marcha este medio de difusión, gracias a la colaboración de Onda  Cádiz Radio-TV y del programa Buenos Días, magistralmente conducido por Guillermo Riol.

Creado por Alberto Matilla, presidente de ARCA, compañero y amigo, analizamos todas las semanas con distintos invitados el amplio abanico de consecuencias que el mundo de las adicciones provoca. Para ello contamos con técnicos especializados como el Catedrático en Farmacología Doctor Juan Gibert Rahola, el Doctor en Psiquiatría Manuel Martínez Delgado o el médico experto en alcoholismo Doctor Ignacio Ruz Franci; representantes de colectivos que centran su intervención en esta área, y también testimonios de pacientes y familiares. Un espacio en definitiva que abarque los aspectos técnicos, pero sin olvidar nunca el especto más importante: la persona, el lado humano.

El programa cuenta con una dirección de correo donde podeis enviar vuestras dudas, comentar casos, o cualquier cosa que deseeis hacernos llegar y guarden relación con este mundo tan complejo: naufragosdelsistema@gmail.com.

Esperando que sea de vuestro agrado, cada semana subiré el video del programa.

miércoles, 16 de mayo de 2012

LA PSICOTERAPIA BREVE Y DE EMERGENCIA DE BELLAK y SMALL.

 José Luis Rufo Rodríguez.

El día a día de la atención de pacientes con adicciones, principalmente con alcohol, oscila en mi caso, entre la intervención motivacional centrada en el abandono de la conducta adictiva, y la intervención específica en aquellos casos en los que además hay que tratar otras sintomatologia propias de otros trastornos y que se asocian frecuentemente con los trastornos ocasionados por el consumo de sustancias.

Como defiendo en este blog, no considero una única manera válida de lograr los objetivos propuestos y mucho menos me considero un especialista en escuela alguna. Nuestra labor se centra como he dicho al principio en el día a día, en el "a ver que nos encontramos hoy...."

Una de las terapias que me han ayudado a plantear determinadas cuestiones con los pacientes y abordar estas intervenciones específicas ha sido la Terapia Breve y de Emergencia. Hace unos años cayó en mis manos un libro del mismo nombre cuyos autores Leopold  Bellak y Leonard Small, imagino que os serán conocidos; sobre todo el primero por su aportación en el mundo de los test con el conocido TAT (Test de Apercepción Temática). Reticente en un primer momento a la inclusión de posturas psicoanalíticas en mi día a día, (ojo no por critica a esta escuela, sino por que no tengo las formación adecuada) comencé a leerlo...

En este manual, el autor reconocido psiquiatra y psicoanalista defiende la inclusión de este tipo de intervención tanto en la prevención primaria, secundaria y terciaria. A pesar de que  su uso está más extendido en las situaciones agudas, mi utilización de esta terapia se refiere más a casos donde la sintomatologia es crónica y se mantiene en el tiempo. Principalmente por dos razones: para cuadros agudos mi tendencia siempre es recurrir a la intervención cognitiva conductual, y segundo porque con los pacientes crónicos, normalmente con más recorrido en psicoterapia, llevamos tiempo tratando la adicción y el feeling terapéutico es mayor, con lo cual creo que facilita bastante el trabajo,(al menos para los no especialistas, como es mi caso).

Los autores reconocen sus origenes psicoanaliticos en su terapia: determinismo, sobredeterminismo, continuidad de la personalidad y de la inconsciencia, y la homeostasis. Este último, interesante concepto que incluso hoy dia la neurociencia reclama, eso si con las diferencias obvias con las teorías psicodinámicas. ¿Caminamos hacia un neuropsicoanalisis?. Sobre este tema recomiendo un artículo en el número 15 de  la revista Redes (Punset),

Pero a su vez, también  marcan la diferencia con esta escuela en diversos aspectos:

- Métodos: la asociación libre no es tan fundamental (aunque reconozco y utilizo como un buen punto de partida) y la relación terapeuta con el paciente es directa: éste se sienta "vis a vis" con su terapeuta. Además va unido a otras intervenciones (farmacológicas, ambientales,....).
- Factores de tiempo:se recomienda entre una a seis sesiones, alejado de las "eternas" consultas psicoanaliticas.
- Metas: no se trata de la reconstrucción de la personalidad sino de la mejora de síntomas. Citando puntualmente: "suficiente para ayudar a los pacientes a que lleguen a un punto desde el cual pueden continuar una mejoría autónoma". Entiendo por tanto, que no se concibe al paciente como un enfermo incapaz de avanzar, sino como alguien capacitado para afrontar sus problemas y superar sus miedos. Es precisamente en este concepto en el que más coincido.

No comparto, por otro lado, la critica realizada en la obra, hacia posiciones existenciales, a las que tilda de limitadas. Vuelvo a mi origen: "un ecléctico no rechaza nada".

A partir de aquí, y tomando como partida esta terapia, es donde dirijo la intervención en función de los siguientes objetivos: Intento obtener el histórico psicológico del individuo desde su infancia, reconociendo carencias emocionales y afectivas y el establecimiento del patrón de personalidad que le hace interpretarse a si mismo y a las relaciones con su entorno. Posteriormente detectar los mecanismos de defensa que perpetúan ese "equilibrio". Como dicen los autores, más que esperar que el paciente consiga el "insight", hay que provocarlo. Una vez detectado intentamos realizar la critica de tal posición y por último elegimos las actividades dirigidas a buscar el mayor alivio del paciente.

Una vez realizado y si se ha conseguido mejora, mantengo consultas de revisión si el paciente las acepta para la "ventilación cotidiana" y la revisión mas dirigida hacia terapias de counseling...pero como escribía Michael Ende en la genial "La historia interminable": "eso es otra historia y debe contarse en otra ocasión..."



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viernes, 30 de marzo de 2012

LA INDEPENDENCIA EMOCIONAL.

 José Luis Rufo Rodríguez.

La dependencia emocional es un concepto del que podemos encontrar multitud de referencias, artículos, monografías… De los que conozco, los planteamientos de autores como Goleman (en su inteligencia emocional) y  Bowlby (con su teoría del apego) son prácticamente mi referencia. Con respecto a este último he de reconocer que mi interés por él se despertó en unas jornadas que realizamos en la Asociación ARCA sobre “Alcohol y Familia” en el año 2010 y que en su primer día tuve el placer de moderar. Allí, los dos conferenciantes, la psicóloga Rosa Fedriani y el Doctor Sebastián Girón plantearon, curiosamente (y sin pretenderlo), sus charlas desde la misma visión: la teoría del apego, ambos con dos exposiciones muy interesantes.
En mi opinión, la necesidad de reforzar adecuadamente esos vínculos originados desde la infancia, hace más que necesario atender a estos planteamientos para evitar consecuencias en el desarrollo de la personalidad.
Volviendo a la trinchera, al día a día, a los pacientes que acuden a las consultas, lo adecuado para evitar esta evolución, debe estar en el desarrollo de relaciones de apego que refuercen al niño sobre bases sólidas y seguras para, precisamente, conseguir la independencia emocional de éste posteriormente.  Obviamente, por independencia entiendo el  término medio entre dos posiciones desequilibradas y peligrosas:
Por un lado,  la actitud “pasiva” (y en mi opinión irresponsable) de muchos padres que declinan la labor de educar a sus hijos bajo el prisma de la ausencia de normas y valores, y el intento de trato con el niño como su amigo. Grave error. En los primeros años el niño debe comprender que existen normas y límites así como el refuerzo de su conducta cuando ésta es la correcta. Posteriormente estos padres no pueden comportarse como “colegas” de su hijo; No lo son y No deben serlo: ser padres es mucho más que eso.

Pero el otro lado es igual de preocupante: y no sólo hablo de la represión hasta límites extremos, y de la obediencia absoluta por el mero hecho de la posición paterna, sino también de inculcarles una visión de dependencia emocional en donde el único círculo válido es su mínimo entorno, donde las figuras paternas son superhéroes que saben en todo momento lo que deben hacer y que el miedo absoluto de los padres se transmita permanentemente al hijo. Como consecuencia, creará vínculos desde la dependencia emocional a estos. El hijo siempre esperará su refuerzo o castigo, y planteará cualquier tipo de relación con el mundo bajo ese prisma. En su desarrollo posterior, su autoconcepto se posicionará siempre “dos escalones” por debajo ante cualquier relación, llegando a posiciones extremas que incluso pueden desembocar en reacciones histéricas (si, ya sé que es un término “anticuado”) en el momento en que ese mundo se tambalea.
Cuando el paciente llega a terapia y detectamos esos patrones, intento realizar las siguientes actuaciones:
  1. Por un lado sintomático, desde un punto de vista cognitivo conductual sobre las respuestas normalmente ansioso- depresivas encontradas;
  2. Una segunda labor analítica del  origen de esos esquemas (sumergiéndose en el estudio de las relaciones desde su infancia) para lograr que el paciente los descubra y comprenda (no sé si realmente llamarlo “insight”).
  3.  Realizar un trabajo de búsqueda de la independencia emocional del paciente, analizando sus relaciones actuales, descubriendo los posibles “errores” realizados por su posición dependiente, para que los reconozca tanto en su diálogo interior como en el de los demás. Reforzando esa independencia el paciente se aleja de la posición “victimista” inicial y busca la superación desde su persona, no esperando ser rescatada.
Para terminar, recomendar tres lecturas dirigidas en este sentido:
- "Una base segura" de John Bolwby.
- Y como sugerencia para el trabajo de "trinchera" con los pacientes, dos clásicos de la autoayuda: "Tus zonas erróneas" de Dyer y el "simpático" "¿Quién se ha comido mi queso?" de Spencer Jhonson.De este último hay una versión animada que, a veces, utilizo. Lecturas estas cuyo comentario posterior con el paciente nos permite avanzar en la búsqueda de esa independencia emocional.

jueves, 1 de marzo de 2012

EL DESPERTAR DE I.D.YALOM.

 José Luis Rufo Rodríguez.


Madrid, Casa del Libro. Junio de 2010. Mi buen amigo, y admirado psiquiatra, Manuel Martínez, me recomienda la lectura de un pequeño libro: Mirar al Sol. Le reconozco que no conocía mucho, más bien nada, sobre la obra de su autor Irvin D. Yalom. Me anima a leerlo.

Tras una primera lectura rápida, el libro me pareció bien escrito, honesto, sin pretensión excesiva y fácil de comprender. El autor reflexiona, a través de su experiencia con sus pacientes, sobre el miedo latente a la desaparición, al fin de la existencia, más en si que a la propia muerte. Como decía el genial Woody Allen, al que el propio autor utiliza en este libro: “No es que le tema a la muerte, simplemente no quiero estar allí cuando llegue”.

Hasta ese momento, en pacientes con problemas de ansiedad, la principal intervención ( y todavía la mantengo como primera opción) era trabajar la sintomatología presentada desde un perspectiva prácticamente cognitiva-conductual. Mantengo la necesidad de enseñar al paciente las señales previas a ese estado, la importancia del autorregistro para analizar la ansiedad con respecto a situación e ideación asociados, técnicas de relajación,  replanteamiento de ideas, etc…

Lo curioso es que a partir de esta primera lectura, comencé a denotar en algunos pacientes con problemas de ansiedad generalizada, a pesar incluso de mejorar la sintomatología, el mantenimiento de esos síntomas y el regreso posteriormente a esquemas cognitivos que le posicionaban de nuevo ante la ansiedad y temor generalizados. Al lanzar de forma pausada en terapia, en un contexto donde la confianza terapéutica está asentada, la pregunta: ¿piensas frecuentemente en la muerte,? varios que al principio negaban ese temor, e incluso en las pruebas psicológicas planteadas, como el SCL-90-R (item 59), habían respondido minimizando su importancia (¿negación?), reconocían que mantenían de forma habitual ese pensamiento. En esos casos decidí, aunque manteniendo los ejercicios cognitivos anteriores y animándoles a seguir utilizándolos, centrar las terapias siguientes en este tema. Estos pacientes reconocen en la mera ventilación de tales ideas un importante alivio, no se trata de una “cura absoluta” pero si una suma importante en las mejorías ya conseguidas.

En esta obra hay en mi opinión dos ideas fundamentales: Por un lado “la experiencia del despertar”, un “enfrentamiento con la muerte que acaba por enriquecer la vida” en palabras del propio autor. Muchos conocemos cómo personas con experiencias cercanas a la muerte pierden el temor a la misma, de ahí la importancia de afrontar con el paciente este temor, puesto que su negación provoca un fuerte conflicto.

Por otro lado y dentro de varias ideas que Yalom expone como ayuda terapéutica a superar el miedo a la muerte me quedo con su exposición sobre la belleza de lo transitorio. Utilizando a Freud: “Valoramos más lo que podemos disfrutar de forma transitoria”, por lo que hay que resaltar la importancia de que nuestra paso transitorio perdure mas allá, como las ondas formadas por una piedra al caer en un lago: No habla de fama, simplemente la necesidad de sentirse útil para otras personas, realizarse personalmente en actividades gratificantes para el paciente, …son muestras de estas ondas.

Para concluir y enlazando con el primer articulo, creo que lo expuesto, es un ejemplo de ese eclecticismo, y de la necesidad de utilización de técnicas, visiones y planteamientos de diversas escuelas o movimientos.

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miércoles, 25 de enero de 2012

EL PSICÓLOGO EN LA TRINCHERA (I).

 José Luis Rufo Rodríguez.


Uno de los principios básicos de la psicología humanista percibe al ser humano como algo más que la suma de sus partes. La tercera fuerza, como se refieren a esta escuela, surgió como respuesta a la visión estricta de dos movimientos contradictorios.: el conductismo y el psicoanálisis. La historia de la psicología está llena de orientaciones diversas en una ciencia (sí, ciencia ) con un  amplio espectro de actuación. Los psicólogos de la trinchera, los que trabajamos diariamente con pacientes tenemos la obligación de recurrir a diversas estrategias, de diversas fuentes, para buscar el objetivo terapéutico: la mejoría de los síntomas que presenta. No imagino un médico que rechace de plano nuevos tratamientos por considerarse de una u otra escuela de medicina.

Explico ésto porque me comentaba una estudiante de Psicología cómo todavía en su Facultad (e imagino que seguirá siendo práctica habitual en las demás tal y como ocurría en mis años de estudiante) se cargaba contra una u otra escuela como si de defensa de equipos de fútbol se tratara.

Tras varios años de trabajo en el campo de las demencias con afectados por patologías neurodegenerativas, buscando formación neuropsicológica, mi labor se ampliaba a la atención a familiares y pacientes con síntomas diversos. Posteriormente mi trabajo en adicciones (especialmente en alcoholismo) me incita a trabajar bajo las premisas de la intervención motivacional (la biblia de Miller y Rollnick) pero recurriendo permanentemente a conceptos humanisticos ( Rogers, que haría sin ti…), o de la teoría del apego  (Bolwby)., entre otros. Diversas escuelas, técnicas, tareas,… No creaís que es un trabajo desorganizado, no lo es, todo se desarrolla bajo la premisa de un plan individualizado para los pacientes y una evaluación previa que permite el desarrollo posterior de la intervención. Intento ser consciente con las limitaciones (de tiempo, recursos, y de CONOCIMIENTOS), un psicólogo no puede con todo. Y si los síntomas no mejoran tras mi intervención, mi obligación es plantearle otras vías y recurrir a otros tratamientos más específicos:  derivaré al colega especialista adecuado o que ofrezca mejores resultados,…sea de la escuela que sea….