martes, 31 de diciembre de 2013

NEUROPSICOLOGÍA DE LAS ADICCIONES (2). MODELOS NEUROPSICOLÓGICOS DE ADICCIÓN.

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José Luis Rufo Rodríguez.

            Si seguimos los criterios establecidos y aceptados del DSM-IV y la CIE-10 para definir los trastornos relacionados con la dependencia a distintas sustancias, hablaríamos principalmente de trastornos crónicos caracterizados por consumos abusivos y continuos pese a las consecuencias negativas que el mismo reporta al sujeto. Por otro lado, desde una perspectiva neuropsicológica consideraremos la adicción como un conjunto de alteraciones cerebrales que afectan a múltiples sistemas y que provocan disfunciones en procesos motivacionales, emocionales, cognitivos y conductuales.

En este capítulo realizaremos una breve descripción de los distintos modelos explicativos que, desde la neuropsicología, se han utilizado a la hora de dar explicación al origen y al mantenimiento de las conductas adictivas. Para ello, tomaremos como referencia el trabajo de Antonio Verdejo-García[1], el cual distingue entre los siguientes modelos:


2.1. DE LOS MODELOS CLÁSICOS HEDÓNICOS A LOS MODELOS ANIMALES.

Los modelos iniciales que intentaban explicar las adicciones centraban su atención en el papel del circuito dopaminérgico mesolímbico (“circuito de recompensa” o “del placer”), localizado en el encéfalo y  relacionado con la motivación y la búsqueda de recompensas. Para estos modelos el carácter de reforzador potente de las drogas y  la consecuente obtención de sensaciones placenteras[2] son la causa principal del mantenimiento de la adicción.

Estas ideas quedaron superadas con los trabajos realizados por Robinson y Berridge (2000,2003) que a partir de una serie de experimentos con animales demostraron que el consumo compulsivo de drogas estaba vinculado a un mecanismo motivacional (“wanting”). Siguiendo el proceso de “sensibilización del incentivo”, las drogas adquieren la capacidad de hiperactivar los sistemas motivacionales incluso en ausencia de efectos placenteros.

Como en otros campos de investigación, los modelos animales han resultado ser una base importante en la investigación sobre la búsqueda de explicaciones para entender por qué se mantiene una conducta adictiva. Estos modelos animales  proponen los siguientes objetivos:

- Identificar factores psicosociales, neurobiológicos y genéticos.

- Determinar los mecanismos implicados en la conducta de abuso de drogas.

- Evaluar en el laboratorio el potencial adictivo de las sustancias

- Estudiar posibles interacciones entre diversas drogas

- Desarrollar posibles tratamientos farmacológicos.

Brevemente explicaremos los distintos modelos de estudio con animales en función de la administración de la sustancia, bien si era controlada por el animal (autoadministración) o bien por el experimentador (administración forzada)[3].

Dentro de los primeros encontraremos principalmente los modelos de “caja-hogar” donde el animal tiene la opción de consumir agua o la droga, durante 24 horas  o bien por períodos limitados de tiempo; y los modelos de “condicionamiento operante”, donde la administración de la droga es consecuente al comportamiento del animal bajo el requerimiento de una respuesta instrumental.

Si bien estos modelos animales no se pueden considerar suficientes para abordar la temática de la adicción en humanos, sí ha constituído una poderosa herramienta a la hora de establecer estrategias clínicas eficaces.


2.2. MODELOS BASADOS EN LA DESCOMPENSACIÓN ENTRE EL SISTEMA MOTIVACIONAL Y EL SISTEMA EJECUTIVO: EL MODELO I-RISA Y EL MODELO DE MARCADOR SOMÁTICO.

2.2.1. Impaired-Salience Attribution and Response Inhibiton. I-RISA. Goldstein y Volkov.(2002).


Este modelo de “Daño en la Atribución de Relevancia y la Inhibición de la Respuesta” propone que la conducta adictiva se produce como consecuencia de la alteración de dos sistemas complementarios: por un lado, el sistema encargado de evaluar la relevancia motivacional de los reforzadores y, por otro, del sistema de inhibición encargado de cancelar conductas inadecuadas que dañan el organismo [4]. El primero realiza una exagerada valoración de las propiedades reforzantes de las drogas, a la vez que disminuye la valoración de otros reforzadores de carácter natural. El segundo al encontrarse dañado provoca que no sea posible inhibir la conducta del consumo de drogas. Esta situación influiría activamente en los distintos estadios de la adicción, desde los primeros consumos hasta los cuadros de abuso y dependencia, e incluso en períodos prolongados de abstinencia. Goldstein y Volkov proponen que este daño se concentra en al menos cuatro circuitos cerebrales: hipocampo y amígdala (responsables de memoria y condicionamiento), ganglios basales (motivación y programación de respuestas motoras), corteza cingulada (inhibición de respuestas) y corteza orbitofrontal (toma de decisiones).

Estas hipótesis planteadas en este modelo fueron probadas en un estudio con Resonancia Magnética Funcional en consumidores de cocaína.[5]  Los resultados demuestran que los consumidores presentaban una mayor reactividad emocional ante estímulos relacionados con drogas que ante estímulos reforzadores naturales y que las mismas regiones cerebrales normalmente implicadas en el procesamiento de los reforzadores naturales (entre ellas la corteza cingulada anterior, la corteza dorsolateral y la ínsula) se activan en respuesta a estimulación relacionada con el consumo.

2.2.2. Modelo de marcador somático.

Para Damasio (1998) y su hipótesis del marcador somático, las consecuencias de una decisión produce una determinada reacción emocional que es subjetiva, es decir se puede “vivenciar”, y a la vez somática, por lo que se traduce en reacciones musculares, neuroendocrinas o neurofisiológicas. Esta respuesta emocional a su vez se puede asociar con consecuencias, ya sean negativas o positivas o conjuntos de estímulos que definan alguna situación, que se repitan con cierta constancia en el tiempo y que provoquen dicha respuesta. Este mecanismo de asociación es el que  produce el  “marcador somático” y que queda definido como:”un cambio corporal que refleja un estado emocional, ya sea positivo o negativo, que puede influir en las decisiones tomadas en un momento determinado.” De esta manera se plantea que la reacción emotiva pasa de ser una mera consecuencia, por ejemplo de alguna decisión negativa, a influir en la misma toma de decisiones, posibilitando la anticipación de las consecuencias y guiando el proceso de resolución final.

Siguiendo sus reflexiones, los marcadores somáticos pueden proporcionar señales inconscientes que “facilitan y contribuyen a la toma de decisiones” incluso sin que los sujetos puedan explicar la razón de su estrategia. A continuación, describimos pruebas a favor de este argumento:

Para ello, se ha utilizado la prueba IGT (Iowa Gambling Task), que consiste en que un sujeto debe elegir entre cuatro montones de cartas y  dependiendo de ésto recibe recompensas o castigos monetarios simbólicos de forma que a largo plazo dos montones lo lleven a perder mientras que los otros dos a ganar. Estas pruebas en su mayoría se han realizado a través del estudio de los cambios en la actividad electrodérmica (niveles y respuesta de conductancia cutánea) producidos por la situación de toma de decisiones. Bechara et al. han demostrado que los sujetos normales muestran mayores respuestas de conductancia cutánea cuando las consecuencias de sus elecciones – ganancias o pérdidas - son mayores. Sin embargo, la mayor riqueza de esta investigación radica en el hallazgo de respuestas electrotérmicas anticipadoras, es decir aparecidas justo antes que los sujetos realicen la elección. Los investigadores observaron que los sujetos que elegían los montones de cartas con mayores ganancias mostraron una mayor respuesta de conductancia antes de elegir los mazos desventajosos (con menores ganancias), lo que se ha interpretado como una señal corporal anticipadora que sirve de guía para que los sujetos eviten dicho mazo. Además se evidenció que las respuestas de conductancia anticipadoras de menor intensidad se asociaron a la elección de cartas desventajosas por lo tanto con peores resultados en la tarea, situación que se ha dado también en personas con lesiones prefrontales. Estas conclusiones y las de otros estudios, por ejemplo los llevados a cabo por Damasio (1997, 1998 y 2005), han situado en la corteza prefrontal, especialmente la porción orbitofrontal ventromedial, la “región clave” de la toma de decisiones, ya que es en este punto donde se evalúan las consecuencias de los actos a largo plazo gracias a la integración de los estados somáticos con información propia de la situación y con recuerdos almacenados de situaciones similares.


Estos hallazgos han apoyado la idea de que existen respuestas somáticas anticipadoras (apoyadas y reforzadas por la experiencias) que van guiando el comportamiento futuro y las elecciones que se tomen ante situaciones similares, posicionando a los marcadores somáticos como una variable relevante de considerar al momento de evaluar la toma de decisiones y la relación entre ésta y la emoción. Ésto además se refuerza por las diferencias existentes entre las respuestas electrodérmicas de personas que logran desempeños óptimos en el desarrollo de tareas y quienes logran malos resultados y además con personas con daño neurológico en las zonas cerebrales involucradas en estas respuestas.


Apliquemos ahora este modelo al estudio de adicciones[6]. La adicción se explica en función  de unos procesos de toma de decisiones desadaptativas: las drogas anulan los sistemas motivacionales y emocionales encargados de generar estos marcadores somáticos. Así “cuando un adicto dispone de drogas en su entorno, o bien imagina o revive situaciones de consumo, los marcadores emocionales asociados al consumo serían mucho más potentes que los marcadores adaptativos contrarios al consumo, provocando desestabilizar la balanza de la toma de decisiones hacia la conducta adictiva, olvidando otras respuestas más adaptativas a largo plazo”.

De esta manera, los estímulos relacionados con las drogas o la recreación de las experiencias previas con las drogas generan marcadores emocionales. El feedback que resulta de estos marcadores puede sesgar la toma de decisiones hacia conductas de consumo, interviniendo en áreas cerebrales especializadas en la resolución de conflictos y la programación de la conducta.


2.3. MODELOS BASADOS EN LA TRANSICIÓN DE ZONAS CÁLIDAS A ZONAS FRÍAS DEL CEREBRO.

            Distintamente a los modelos expuestos en el apartado anterior, pasamos ahora a describir otras estrategias de  investigación centradas en otros procesos como la formación de hábitos o la desregulación del estrés.

De esa manera Everitt y Robbins en 2005 conciben las adicciones como un proceso que transcurre desde las etapas iniciales donde se consume la droga de forma voluntaria para obtener los efectos placenteros que ésta reporta, hasta llegar a estadios de pérdida de control y hábito de consumo fuertemente instaurados. Este proceso se produce como consecuencia de los efectos de las drogas sobre los sistemas  de motivación y programación de conductas motoras. Para Lawrence “se sustituye la conducta centrada en objetivos, en la que el individuo busca las drogas para obtener el placer, por una conducta automática, con un factor de decisión muy minimizado”. Obviamente este proceso tiene su correlación a nivel orgánico, donde el protagonismo pasa desde la corteza prefrontal hacia los ganglios basales, donde a su vez también se produciría un desplazamiento en las estructuras encargadas de procesar los estímulos relacionados con el consumo desde regiones más ventrales (núcleo accumbes con conexiones hacia la corteza prefrontal y amígdala) a regiones mas dorsales, centradas en mantenimiento de secuencias motoras.

Por otro lado encontramos el modelo de desregulación del estrés, centrado en la hiperactividad del eje hipotálamo-hipofisiario-adrenal. Derivado de la teoría de los procesos oponentes[8] , propone que al estado de euforia y placer generado por el consumo de la droga, el organismo responde con un proceso oponente destinado a recuperar la homeostasis del sistema. Como consecuencia de un consumo crónico, y de esta continua búsqueda de equilibrio ya no se puede regresar al nivel de equilibrio homeostático inicial, produciendo un estado de alostasis[9], caracterizado por disforia, irritabilidad, ansiedad y estrés durante la abstinencia por lo que se recurre al consumo para intentar disminuir esa sensación.

Los estudios de neuroimagen realizados por Volkow y Wong[10][11] dan apoyo a las ideas de los modelos de transición desde un procesamiento de las drogas como estímulos incentivos hacia un procesamiento basado en la fijación de hábitos inflexibles de respuesta.







[1] Antonio Verdejo García. “Modelos neuropsicológicos de adicción”
[2] (Wise,1985).
[3] Giselle V. Kamenetzky, Alba.E. Mustaka.” Modelos animales para el estudio del alcoholismo.”. Terapia Psicológica.2004. Vol. 23, nº 1. pags.65-72.
[6] Bechara, 2005; Verdejo-García, Pérez-García y Bechara, (2006).
[8] Solomon y Corbit,1973.
[9] Consiste en el mantenimiento de la estabilidad fuera del rango normal homeostático, en respuesta a injerencias crónicas del sistemas (Koob y Le Moal,1997,2003).
[10] Volkov et al., 2006.
[11] Wong et al., 2007.

viernes, 13 de diciembre de 2013

COMO ALEJAR A TUS HIJOS DE LAS DROGAS (6). ESTAR INFORMADOS. TABACO.

 José Luis Rufo Rodríguez.

El estudio del profesor Nutt, al que hicimos referencia en el capítulo dedicado al alcohol, nos sirve nuevamente como referencia. Si el alcohol se situaba en primera posición en su clasificación sobre el daño de las drogas, el tabaco se registra en un desgraciado meritorio sexto puesto.


De todas formas hemos de reconocer que, al contrario del alcohol, en los últimos años el trabajo realizado por las administraciones occidentales en la lucha contra el tabaco ha sido muy importante, incluso en mi opinión, en ocasiones exagerado.

Aún así, no podemos quitar valor a lo conseguido:

Prácticamente hoy, todo el mundo coincide en los riesgos del tabaco y su consumo. No ha hecho falta prohibirlo, ni que desaparezca la industria tabaquera. Se demuestra que con información, no publicitación y concienciación se obtienen resultados positivos. Desde mi punto de vista, éstos se centran en tres premisas básicas:

-      No publicitación de la sustancia. Nos encontramos incluso ahora con una generación que no ha conocido en nuestro país los anuncios de tabaco en televisión, ni siquiera asociados a eventos deportivos como antes ocurría.

-      Limitación de su consumo y venta. Espacios libres de humo ( hospitales, escuelas, autobuses, lugares de trabajo…) . Hace unos años no nos sorprendía que un profesor fumara mientras daba clase, que el médico nos atendiera cigarrillo en mano, o que la oficina pareciera Londres en un día de niebla. Hoy, estas circunstancias nos parecen inverosímiles.


-      Por último, no relacionar el consumo de tabaco a actividades saludables como el deporte, a logros de superación personal, a éxito en la vida. Nos encontramos así con deportistas de élite, cuyos equipos sancionan si fuman, series de televisión y películas donde los personajes “positivos” no son fumadores…


Pero a pesar de ello, no debemos dejar de estar atentos como padres a su consumo por parte de nuestros hijos. Como queda reflejado en el capítulo anterior probablemente muchos padres menosprecien el riesgo del consumo de drogas legales, en algunos casos mal llamadas drogas “blandas”, debido a que ellos mismos las consumen y no advierten o no quieren hacerlo las peligrosas consecuencias que para la salud física y mental conllevan tales sustancias.

Estoy convencido de cuál sería la respuesta de la gran mayoría de padres y madres fumadores a la pregunta ¿Te gustaría que tu hijo fumara?

Seamos fumadores o no, no debemos obviar los riesgos del tabaco. Recordemos la figura del modelo que exponíamos anteriormente.

Los progenitores no fumadores a pesar de prestar un ejemplo válido, no deben dejar de advertir e informar a sus hijos de los riesgos que conlleva para su salud. También deben ser conscientes que este tipo de sustancias estarán presentes cerca del entorno de su hijo y les serán ofrecidas y probablemente consumidas.

Pero incluso los padres y madres fumadores pueden utilizar su modelo para producir el rechazo a la sustancia: no fumando en lugares incorrectos, dentro de casa, cuando estamos cerca de ellos. Presentando el tabaco no como un placer, sino como lo que realmente es: una esclavitud. Evitar frases como: “fumo porque me gusta”. Si nuestros hijos oyen eso, como esperamos que no lo vean como algo atractivo.

Centrémonos ahora, en la información que tenemos que conocer de la sustancia. No quiero extenderme en datos, puesto que por suerte encontrarlos es bastante fácil y hoy en día las advertencias e información sobre esta droga están muy extendidas. Sólo me centraré en los que creo de vital importancia.

Lo primero a destacar es su capacidad de “enganche”. La nicotina  es un poderoso adictivo y es la causa de la dependencia al tabaco. A pesar de correr el riesgo de que muchos me tachen de extremista y talibán antitabaco, no admito el comentario para defender el consumo del mismo, con la frase que mencioné párrafo atrás: “Fumo porque me gusta”. Lo siento, no es cierto: Fumas porque eres adicto al tabaco.

¿Quién desea sino una sustancia que provoca lo siguiente?:

-      Alrededor de siete millones de personas mueren al año por tabaquismo, y se calcula que en 2030 la cifra de muertos puede llegar a diez millones. Según datos de la OMS el número de muertos en Europa se estima en 1,2 millones, y es la primera causa de muerte por cáncer de pulmón y de más del 50% de enfermedades cardiovasculares.

-      Un dato aterrador: la mitad de los fumadores fallecen por patologías asociadas a su consumo.

-      Otro dato aterrador: la esperanza de vida de los fumadores es diez o quince años menor que en no fumadores.



También es importante, tal y como hacíamos con el alcohol, acabar con mitos sobre la sustancia. El más común, usado normalmente para justificar su consumo, es su efecto relajante. El tabaco es un estimulante y la sensación de relax está asociada a la calma de los síntomas del propio síndrome de abstinencia asociados a la sustancia.

Por suerte los mitos sobre el tabaco, aunque todavía presentes, se han reducido mucho y la mayoría de la población reconoce el enorme daño que la sustancia provoca. Los resultados saltan a la vista: en España, según datos de la OCDE (Organización para la cooperación y desarrollo económico) se ha reducido el consumo de tabaco en un 25% en la última década.

A pesar de todo, el consumo de tabaco en nuestros adolescentes sigue siendo un problema. Es por ello, que para finalizar me gustaría insistir en una importante idea. Además del daño masivo que estas drogas legales provocan en nuestros hijos y su futuro, hay un concepto que mantienen (ya lo vimos cuando nos centrábamos en el alcohol) y que aumenta los daños y riesgos de su consumo: son drogas de introducción a otro tipo de consumo y adicciones.





RESUMEN (DROGAS LEGALES: TABACO Y ALCOHOL)


-      Legal no significa menos peligroso.

-      No existe las drogas blandas, las sustancias mal llamadas con ese nombre, principalmente alcohol y tabaco, se encuentran entre las drogas más dañinas que existen.

-      Los padres no podemos caer en el juego e hipocresía social: “nos alarmamos si descubrimos que nuestro hijo fuma un porro, y no nos preocupamos si llega borracho los fines de semana”.


-      Son sustancias de inicio al consumo de otras drogas.



miércoles, 8 de mayo de 2013

CÓMO ALEJAR A TU HIJO DE LAS DROGAS (5). NO MIRAR PARA OTROLADO.

 José Luis Rufo Rodríguez.

Todavía a día de hoy me sorprende cómo muchos padres no se dan cuenta del consumo de drogas de sus hijos. Aunque en ocasiones intento poner en práctica la empatía y ponerme en su lugar, reconozco que la práctica diaria no deja de presentarme situaciones en las que me asombra la capacidad de algunos padres de no ver la realidad. No entiendan  este comentario como un gesto de superioridad, soy consciente que en un futuro próximo, cualquiera de mis hijas puede tener un problema de este tipo. Espero entonces, estar atento a ello y poder ayudarlas, pero les insisto que en ocasiones tengo la impresión que muchos padres no es que no se den cuenta, simplemente no quieren mirar.

No pienso que tal insinuación sea descabellada, si lo analizamos, muchos padres se comportan como la sociedad en su conjunto. Pongamos como ejemplo el famoso tema del "botellón". Esta práctica, de sobra conocida en nuestro país, y para nada tan extendida en otros países de nuestro entorno, se está convirtiendo en sello de identidad de nuestra sociedad. El famoso botellón es una práctica generalizada en todos lugares de nuestra España  desde hace más de veinticinco años. Lo que en principio era una reunión de amigos con la famosas litronas se extendió a grandes concentraciones de jóvenes cuyo objetivo era conseguir la diversión a través de la ingesta masiva de alcohol. ¿Se alertó nuestra sociedad por ello?...para nada, todo lo contrario: se les ánimo a ello, se les facilitó y se les sigue facilitando, bajo el amparo de excusas tan lamentables como la libertad de estos jóvenes a pasarlo bien, intereses económicos y rentabilidad para la economía local por los negocios permitidos en estas concentraciones.

Las únicas voces en contra eran las de los vecinos de las zonas donde estos jóvenes se reunían ( nos reuníamos) molestos y cansados por los altercados de orden público que provocaban. ¿Pensó alguien en los enormes daños que en la salud de estos jóvenes provocaría la ingesta masiva de alcohol y sus consecuencias no solo inmediatas sino a largo plazo? Pues sólo en algunas poblaciones se pensó en ello y se crearon medidas alternativas ofreciéndoles a los jóvenes una forma de diversión en la que el alcohol no era protagonista. Pero parece ser que mantener abiertas pistas deportivas, bibliotecas, casas de la juventud con actividades pensadas para ellos, teatros, etc...debe suponer un alto coste, así que lo mejor es crear un espacio llamado botellódromo para que los jóvenes no molesten.


Me parece increíble que cuando ocurren desgracias como la del lamentable suceso ocurrido la noche de Halloween de 2012 en Madrid, no queramos ver que situaciones parecidas se vienen repitiendo desde hace muchos años y ocurren de forma continuada prácticamente todos los fines de semana. Hace unos años a mi mismo me ocurrieron hechos parecidos en mi época de estudiante universitario en Sevilla en las famosas fiestas de la primavera. Con lo cual ¿de qué nos lamentamos después? ¿Qué soluciones se han puesto para ello? 

Observando cómo nos hemos comportado como sociedad en los últimos veinticinco años, tampoco es tan extraño que muchos padres reaccionen de la misma forma que lo han hecho la mayoría de nuestras instituciones y sigan mirando para otro lado: insisto una vez más: no es que no lo vean.....es que no lo quieren ver.
- Mi hijo no bebe alcohol... -Mi hijo no provoca problemas.... - sólo hace lo que los demás jóvenes de su edad hacen... 

Estas frases son muy comunes en padres cuando se les comunica algún problema ocasionado por el abuso de alcohol en sus hijos. Muchos de estos progenitores "ceden" sus funciones como tales a otros: de la seguridad de que a mi  hijo no le pase nada, a la policía y ayuntamientos; de la educación, a los maestros....

El riesgo y la posibilidad de tener problemas, de forma directa e indirecta, con las drogas legales o ilegales, es tan elevado que todos los estamentos de la sociedad deben responsabilizarse de ejercer  funciones en este sentido, y los padres tenemos una enorme responsabilidad:

Debemos conocer antes que nada quiénes son los amigos de nuestros hijos, quiénes son los padres de éstos,tener el teléfono de los mismos...

Debemos estar atentos a la hora que llegan y por supuesto el estado en que llegan.

Conocer en qué sitios han estado, a dónde van a ir, incluso recogerlos a una hora propuesta.

Hablar con ellos de sus aficiones e intereses, saber qué les gusta, qué les apasiona, cuáles son sus hobbies...

No hace falta convertirse en un policía, perseguirlos ni registrarlos...hay que explicarles por qué lo hacemos, y los riesgos a los que están expuestos.

Hay que entender que tienen derecho a la diversión, pero tenemos que saber a qué llaman ellos divertirse, enseñarles dónde están los límites.

Como ya comentamos en capítulos anteriores, utilizar los castigos cuando se incumple lo pactado.

Reforzarles e inculcarles todo lo relativo a hábitos de vida saludables, y no sólo incluyo los que corresponden a su salud física...también todo lo que potencie su actividad mental: la lectura, el cine, el teatro, el baile...hay que potenciar su conocimiento y no mostrarle que la única fuente de felicidad está en lo inmediato, en lo rápido..., ahí es donde las drogas ganan siempre la partida.



miércoles, 10 de abril de 2013

COMO ALEJAR A TU HIJO DE LAS DROGAS (4). ESTAR INFORMADOS: DROGAS LEGALES - ALCOHOL.

 José Luis Rufo Rodríguez.

En estos tiempos actuales hemos alcanzado cotas esperpénticas con respecto al conocimiento que muchos padres (prácticamente la mayoría) posee de las drogas. En la era de la información rápida, de internet y las redes sociales, se nos otorga probablemente una falsa sensación de conocimiento absoluto que puede resultar bastante peligrosa. Extendemos mitos y los aceptamos cómo verdades irrefutables. Algunos de estos mitos son expresados y manipulados intencionadamente por sectores cuyo único y exclusivo fin es el del lucro incesante, lo cual si en ello va nuestra salud o la de nuestros hijos es como mínimo lamentable.


Sirva como ejemplo una entrevista realizada a  un empresario cervecero (publicada el 18 de Enero de 2013 en Diario de Sevilla):



-¿A qué hora nos podemos tomar la primera?

-Depende de la hora a la que nos despertemos. En Valencia me llamaba la atención el denominado almuerzo que se hace a las once de la mañana, con cerveza y tentempié. 


-Se consume todo el año... ¿y a todas horas?

-La cerveza cubre muchos momentos. Evidentemente, el mediodía, con el tapeo, es el 
prime time. Pero la tarde-noche es importante para nosotros. Por eso intentamos con nuestras marcas cubrir el mayor abanico de horarios y de ocasiones.

-¿Las alusiones a las tripitas cerveceras hacen mucho daño al producto? 

-Negamos siempre la mayor. La cerveza no engorda, lo decimos con rotundidad. Los irlandeses consumen el doble de cerveza per cápita que los españoles. Y en Irlanda no se ve gente metida en kilos, porque ellos no la consumen para comer. Nosotros defendemos que la cerveza forma parte de la dieta mediterránea. Comer con cerveza es un placer.

-¿Los jóvenes se incorporan al consumo de la cerveza o se nota la influencia de otros hábitos como el botellón o la nueva moda de las ginebras 
premium?

-La cerveza tiene mucho público joven. Nosotros, con XXXXX o XXXX (marcas de cerveza), procuramos ser siempre relevantes para los jóvenes, estar cerca de sus actividades e intereses. Por fortuna, nosotros no tenemos un papel relevante en el 
botellón. Todos los datos que manejamos nos dicen que los jóvenes aprecian el momento de tomar una cerveza, para comprobarlo basta con darse una vuelta por la ciudad un sábado a mediodía. 


-El 
adelgazamiento de XXX (logotipo de la marca), símbolo oficial de la empresa desde 1926,  está en la memoria colectiva de muchísimos consumidores. Aquella pérdida de peso fue analizada de forma sesuda...

-[risas] XXX  no ha hecho ninguna dieta especial, sólo ha modernizado su estilo de vida. Ahora se cuida más, procura llevar una vida más activa y cardiosaludable, porque apoyamos el consumo responsable. Incluso hemos estudiado los beneficios para la salud del consumo moderado de cerveza. Y XXX es el mejor ejemplo.

-¿Cuántas cervezas al día debe consumir un buen seguidor de XXX?

-Pues depende de cada persona. Por eso no nos gusta decir cantidades concretas. Pero el consumo diario con moderación es  muy recomendable. 



¿Por dónde empezar...?

No hay estudio que demuestre el efecto beneficioso de la cerveza para la salud general del individuo, me refiero obviamente a estudios independientes y serios. Si en algún caso se encontraran, es evidente que jamás serían recomendables para toda la población (menos todavía para la gente joven...) y, por supuesto, en dosis mínimas. 

Por otra parte, jamás he escuchado decir con claridad a uno de estos señores qué entienden por consumo "moderado" de alcohol, nunca lo especifican...y ellos saben la razón...: Si atendemos a lo recomendado por la OMS se califica de bebedor de alto riesgo aquel que supere las 17 UBE semanales para hombres y 11 para mujeres. 1 UBE (Unidad de Bebida Estandar) equivale a 10 gramos de alcohol, más o menos lo que entendemos por una caña de cerveza o un vasito de vino. Si hablamos de destilados entonces cada copa equivale a 2 UBE. Si seguimos este parámetro, el máximo de alcohol diario en hombres oscilaría como máximo entre dos o tres cervezas día, y para la mujer prácticamente se reduce a la mitad. A estas personas ya las podemos catalogar de consumidores de alcohol de alto riesgo. No sólo ésto, para ser un consumidor de este tipo no hace falta el consumo diario, si una persona supera estas cantidades en uno o dos días a la semana igualmente se ha de calificar su consumo como altamente peligroso.

A pesar de todo estos datos objetivos, no nos sorprende, por desgracia, el dato que nos proporciona la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en su publicación “La población andaluza ante las drogas 2009”  en la que sólo un 63 por ciento de los encuestados concebía como situación de riesgo “tomar 5 ó 6 cañas o copas cada día”.  

Además, estos límites, de los cuales pocas veces se habla claramente, hay que recordar que obviamente, son establecidos para adultos (25-50 años), sanos. Suponer que toda la población cumple ambos  criterios es una locura. Enfermedades físicas, personas con tratamiento farmacológico a las que no se les advierte de aquellos medicamentos que interaccionan nocivamente con el alcohol (otro tema tabú) y/o afectados por trastornos mentales, representan una población cuya ingesta de alcohol puede resultar muy peligrosa. Pero mejor no decirlo claro y que la responsabilidad vaya en el consumidor...Después retiran ciertos productos por no avisar que contienen carne de caballo...,no estoy en contra de ello, pero es un ejemplo de la hipocresía en que vivimos y la permisividad que hay con según que sustancias.

Pero quizás, lo más preocupante es la visión sobre el consumo de los jóvenes. Numerosos estudios demuestran el alto riesgo que para la salud de los jóvenes tiene el consumo de bebidas alcohólicas. La permisividad social con este tema nos ha llevado a situaciones que podemos catalogar de aberraciones. Hasta hace poco daba la sensación que el único problema de los famosos botellones, no eran la salud de los que acudían a tal práctica, sino las quejas vecinales por los altercados y el ruido que conllevan. Hemos presenciado macroconcentraciones de menores y jóvenes bebiendo alcohol con ingestas masivas durante años todos los fines de semana y en cualquier ciudad o pueblo de nuestro país. Mientras tanto, había que escuchar a algún iluminado defender tal consumo amparándose en el derecho a la diversión: son jóvenes, que aprovechen.....

Además de la nula actuación, en la mayoría de los casos, de los poderes públicos ante este tema, se debe unir la permisividad de muchos padres que no consideraban de especial relevancia el hecho de que su hijo acudiera intoxicado a casa prácticamente todos los fines de semana. Es curioso cómo en consulta me he encontrado a padres que “normalizan” el consumo de alcohol en sus hijos menores de edad a pesar de lo evidentes problemas que le ocasionaban y sin embargo ponían múltiples reparos ante la prescripción médica de fármacos.

El extracto de la entrevista anterior es obviamente una buena manera de vender mitos sobre las drogas, en este caso el alcohol. Esta información la lee cualquier padre y obviamente provoca que su visión sobre el alcohol sea permisiva. Pasemos entonces a desmentir algunos de esos mitos:



1. MITO: El alcohol te da energía

VERDAD: No, todo lo contrario. Es un depresor. Reduce la capacidad para pensar, hablar, moverse y todas las demás actividades que te gusta hacer.


2. MITO: Uno se emborracha antes con una bebida fuerte que con cerveza o vino.

VERDAD: El alcohol es alcohol, en cualquier forma y de cualquier origen, lo importante es la relación volumen-graduación alcohólica, uno se emborracha antes si toma más alcohol, pero el alcohol de las bebidas fuertes es igual que el de las bebidas suaves.


3. MITO: ¡Solo es cerveza!. No puede producir una lesión permanente

VERDAD: El alcohol puede lesionar gravemente el sistema digestivo. También puede lesionar el corazón, el hígado, el estómago y otros órganos importantes del cuerpo. Al final, también puede acortar la esperanza de vida de la persona.


4. MITO: El alcohol no es una droga.

VERDAD: El alcohol reúne todos los requisitos de la definición de droga: droga es toda sustancia que cuando se introduce en el organismo provoca un cambio en su funcionamiento. Si el principal cambio ocurre en el psiquismo y en la conducta se trata de una sustancia psicoactiva, y es aquí en donde se clasifica al alcohol etílico.


5. MITO: El alcohol alimenta.

VERDAD: El alcohol proporciona calorías al cuerpo pero no es nutritivo ni sustituye a los alimentos necesarios para el crecimiento y la conservación de la salud.


6. MITO: Beber alcohol sólo los fines de semana no produce daños en el organismo

VERDAD: El daño que provoca el alcohol depende del llamado patron de consumo, es decir, de la cantidad (a mayor cantidad, mayor daño) y de la intensidad de la misma en convertirse en un hábito, hasta el punto de no divertirse sin beber.


7. MITO: El alcohol facilita las relaciones sexuales

VERDAD: Al contrario, el consumo abusivo muchas veces dificulta o incluso impide unas relaciones sexuales plenas, provocando impotencia y otras disfunciones asociadas.


8. MITO: El consumo de alcohol hace entrar en calor y combate el frío
VERDAD: El alcohol produce una sensación momentánea de calor al dilatar los vasos sanguíneos y dirigir la sangre hacia la superficie de la piel, pero en poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuye y se siente más frío. Por eso, en situaciones de embriaguez hay que abrigar y proporcionar calor a la persona y nunca intentar espabilarla con duchas frías.






Estos son sólo algunos ejemplos de ideas mitificadas y generalizadas en la población y que se extienden de padres a hijos. Si mantenemos estas informaciones cometeremos dos grandes errores:


Por un lado, consumimos una droga peligrosa para nuestra salud sin una información real y animando a nuestros hijos a consumirla con nuestro ejemplo. Por otra parte, olvidamos un aspecto importante: el rol que posee el alcohol como droga inicial. Ya en 1975 Denise Kandel advirtió en su "modelo evolutivo o de escalada" un riesgo evidente de que el consumo de drogas legales (alcohol y tabaco) a edades tempranas incrementa el riesgo de experimentar con otras drogas. A pesar de las críticas, las investigaciones recientes han respaldado esta teoría.

Pero describamos a continuación, y con mayor precisión los daños que el consumo de alcohol puede provocar en los menores:

A pesar de la “creencia popular” el alcohol es un potente depresor del sistema nervioso central. No es una sustancia estimulante, como nos quieren hacer ver. Esto provoca que el abuso de la sustancia conlleve numerosos trastornos o desórdenes mentales como cuadros depresivos severos, trastornos de la personalidad y por supuesto alteraciones de las capacidades cognitivas, motoras y sensoriales. A todo ello, hay que sumar el aumento de la probabilidad de sufrir un trastorno adictivo, bien con el alcohol o con policonsumo con otros tipos de drogas.


No olvidemos que los cuerpos de los menores están en desarrollo por lo que su vulnerabilidad ante los daños del alcohol es mucho mayor. Este provoca que aumente el riesgo a desarrollar patologías que afecten a la normal evolución del organismo, a la vez que aumenta la probabilidad de que se produzcan múltiples enfermedades que afecten al aparato digestivo (cirrosis hepática, pancreatitis, hemorragias, cáncer…).

Pero tampoco podemos olvidar otros daños “colaterales” donde el consumo de alcohol multiplica considerablemente la probabilidad de consecuencias no deseables. Este es el caso de los riesgos en las relaciones sexuales. Los jóvenes con abusos de alcohol están más expuestos a situaciones de riesgo que incluyen obviamente mayor probabilidad en la transmisión de ETS, como el SIDA entre otras, y por supuesto los embarazos no deseados.
También debemos incluir aquí, el aumento de reacciones agresivas. Existe una correlación importante entre el consumo de alcohol y la violencia. Con su efecto depresor el alcohol produce  el bloqueo de las funciones frontales del cerebro lo que dificulta nuestra capacidad de razonamiento e impulsa nuestras actos más “primitivos”. Las peleas son frecuentes en las situaciones de consumo, basta mirar la prensa de un  lunes para fácilmente encontrar noticias de altercados entre jóvenes, muchos de ellos con nefastas consecuencias.

Por último, señalar el aumento de la probabilidad de accidentes, muchos de ellos, como los de tráfico, con tragedias posteriores.
De todas formas, y de forma mucho más precisa que yo, la Comisión Clínica de la Dirección General del Plan Nacional sobre Drogas, lo expresa en la siguiente tabla:


Patología orgánica desencadenada por alcohol en niños y adolescentes
TRASTORNOS SISTEMA  NERVIOSO CENTRAL
• Daño cerebral: Alteraciones de comportamiento, aprendizaje y memoria.
Inhibición de la plasticidad neuronal.

TRASTORNOS DIGESTIVOS
• Gastritis alcohólica: Tras ingesta aguda y crónica de alcohol.
• Síndrome de Mallory-Weiss o desgarro de la mucosa esofágica.
TRASTORNOS HEPÁTICOS
• Alteraciones del funcionamiento hepático: aumento de GPT y GGT.
• Hepatitis alcohólica aguda
TRASTORNOS CARDIOVASCULARES
• Arritmias cardíacas: Fibrilación auricular, fibrilación ventricular y muerte súbita.
• Miocardiopatía dilatada por consumo crónico.
TRASTORNOS CEREBROVASCULARES
• Infartos cerebrales.
• Hemorragias cerebrales tras ingesta aguda.
TRASTORNOS ENDOCRINOS
• Disminución de la hormona del crecimiento (GH).
• Descenso de Testosterona en varones.
• Aumento de Testosterona en mujeres.
METABOLISMO OSEO
• Alteraciones de la densidad ósea



En resumen, queda patente que el problema del consumo de alcohol en jóvenes no es nuevo, pero sorprende a estas alturas que, a pesar de las advertencias, prácticamente no se haya avanzado en nada. Para muestra de ello, he aquí algunas  consideraciones realizadas por F. Pascual Pastor en su artículo “Percepción del alcohol entre los jóvenes” publicado en el año 2002 en la revista “Adicciones”: 

Primero advirtiendo de los riesgos que conlleva la publicidad del alcohol y cómo el mensaje provoca un disminución del riesgo de la sustancia y por supuesto un aumento del consumo:

Uno de los factores que pueden incidir en las tasas de consumo es la excesiva publicidad de bebidas alcohólicas, se ha demostrado que los países de la OCDE con prohibición en la publicidad tenían hasta un 16% de consumo más bajo y hasta un 23% menos de accidentes de tráfico que en los países sin limitaciones en la publicidad. Según una reciente investigación, cinco minutos extras de publicidad de bebidas alcohólicas llevaban a un consumo extra de 5 gr./día de alcohol entre los jóvenes”.

En segundo lugar,  insistiendo en la normalización del consumo de alcohol en menores y la peligrosidad de continuar con las estrategias de marketing de las empresas alcoholeras.

Tientan a los jóvenes hacia la dependencia al alcohol, ya que en algunos casos ni si quiera saben lo que están bebiendo. Diversos estudios europeos han demostrado la familiarización de los jóvenes con este tipo de bebidas, sobre todo en jóvenes de 14 – 15 años, con especial incidencia entre las chicas. Un informe del grupo de Portman que representa a un amplio sector de la industria de bebidas alcohólicas en Europa, califica como inaceptable esta nueva aventura de marketing (Percepción del alcohol entre los jóvenes, Pascual Pastor, F. Coordinador Unidad de Alcohología. Alcoi. Generalitat Valenciana. Publicado en ADICCIONES (2002), VOL. 14, SUPL. 1).

Si unimos estos razonamientos expresados en el año 2002 a la entrevista presentada al principio del artículo, desgraciadamente observamos el nulo avance en esta materia. Como, por el momento, la permisividad de las administraciones de nuestro país lo permiten, quizás los padres podamos aportar un poco de información y sentido común en los hábitos de nuestros hijos. 

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miércoles, 27 de marzo de 2013

NÁUFRAGOS DEL SISTEMA (Enero-Febrero 2013)

2 de Enero 2013: Tipos de alcoholismo.



9 de Enero de 2013: El orgullo de ser abstemio.





Náufragos del sistema: 20 de Febrero de 2013.




Náufragos del sistema: 27 de Febrero de 2013.

Calidad de vida. Felicidad sin alcohol.