sábado, 18 de julio de 2015

EDUCAR A TRAVÉS DEL CINE (10): INSIDE OUT, la importancia de la Educación Emocional.



Con este artículo acabo una serie de capítulos dedicados a utilizar la maravilla del séptimo arte como herramienta educacional. Sí, habéis leído bien, he escrito "acabo". Lo hago de esta manera poco ortodoxa, cual George Lucas que comenzó su famosa serie de películas por el episodio IV, debido al estreno el pasado viernes de una obra de arte llamada INSIDE OUT. Y como tenía intención de que el último artículo hablara de Educación Emocional, pues a adelantarlo se ha dicho.

Personalmente muy esperada desde que el año pasado en una de nuestras visitas al cine con mi familia vi su maravilloso trailer, os puedo decir que la película de Pixar, no sólo ha cubierto mis expectativas, sino que se convertirá a partir de ahora en una de mis películas preferidas de siempre. Tanto interés tenía en verla, que a pesar de dos días de intenso dolor y una vez más gracias a mi familia y amigos que se adaptan siempre a mis circunstancias, al final "me arranque" y acudí al cine. 

Cerca de dos horas, con corto habitual de animación incluido,  que me resultaron breves, fantásticas y maravillosas. Personalmente os tengo que reconocer que me vi egoístamente reflejado en el esfuerzo admirable de Pixar por explicarnos la importancia de saber reconocer, distinguir y conocer la funcionalidad de las emociones. Sólo os bastará echar un rápido vistazo por mis artículos anteriores para reconocer mi pesadez e insistencia en la necesidad del aprendizaje emocional tanto a nivel educativo como familiar y personal. 

Por desgracia, este hecho se convierte en utópico, gracias a esos "simpáticos seres" llamados políticos que no son más que una representación exacta de nuestro país y de la calaña de muchas de las personas que lo habitan. Como se diría en las novelas de Don Diego Alatriste, creado por Pérez Reverte, y cuyas aventuras estoy devorando este verano: 

"¿Batirnos contra la estupidez, la maldad, la superstición, la envidia y la ignorancia [...] Que es como decir contra España, y contra todo». (Conversación entre don Francisco de Quevedo y el capitán Alatriste)".

Con estos bueyes hay que arar, y esta cuestión es precisamente la que provoca que mi demanda y la de muchos profesionales se quede durmiendo el sueño de los justos.

- ¿Qué podemos esperar de un país...donde la psicólogos hasta hace unos días, no estábamos siquiera reconocidos como profesionales sanitarios a pesar de llevar años y años trabajando por la mejora de la salud mental de la población?

- ¿Qué podemos esperar de un país... donde un lobby psiquiátrico apoyado por unos "compañeros de profesión" cainitas, querían asegurarse para ellos y para su futuro la accion exclusiva del trabajo de la salud mental, excluyendo así a los que tras superar los requisitos que antes se demandaban, llevamos años trabajando en ese campo? Que me venga un P.I.R. a mi y me hable de consultas y pacientes, que he realizado más de 8000 consultas e intervenciones. Por suerte, no para mí ya que por desgracia estoy alejado de mi profesión, sino para muchos de mis compañeros,  magníficos psicólogos y psiquiatras, tras muchos años de lucha, el asunto parece arreglado.

- ¿Qué esperar de un país...donde un amplio porcentaje de la población confunde al profesional de la psicología con una especie de chamán o gurú ( o todavía peor, con un médico) y otro porcentaje de población te suelta a veces la estúpida frase de "yo no necesito ir al psicólogo porque no estoy loco, o porque no creo en ellos (como si fuéramos una cuestión de creencia como Papa Noel o Los Reyes  Magos)?

- ¿Que esperar de un país...donde su sistema educativo, éste sí que está DEL REVÉS, totalmente politizado, dogmático, sin flexibilidad, y con una ausencia absoluta de educación emocional? Pero seamos sinceros, si ni siquiera la mayoría de estudiantes actuales de psicología sabe len qué consiste nuestra profesión (este hecho me consta tras unas charlas sobre salidas profesionales que impartí en la Facultad de Psicología de Cádiz hace unos años).

Pues con todas estas circunstancias vaticino que en la "Piel de Toro" y contrariamente a lo que muchos comentan: los niños van a ser los únicos que realmente comprendan la película. La mayoría de sus padres en absoluto.

¿Pero qué es lo que hace tan necesaria y maravillosa esta película?

Pues sobre todo, su intento de utilizar el cine para enseñarnos educación emocional. A partir de ahora cuando alguien me pregunte en que consiste el trabajo de un psicólogo, solo le tendré que invitar a ver esta película:

- Necesitamos en primer lugar reconocer nuestras emociones, las conocidas como básicas (los protagonistas de la historia) y posteriormente conforme crecemos las complejas. La película cumple esta función perfectamente. 

- En segundo lugar, al más puro estilo "Érase una vez la vida" nos representa no solamente conceptos sencillos sino también algunos tan complejos como el pensamiento abstracto, la memoria a largo plazo o la formación de la personalidad en función de nuestros recuerdos y experiencias vividas. Os tengo que reconocer que sin ánimo de hacer SPOILER, me enorgullecía al escuchar a mis hijas comentar entre ellas la película:

" Claudia, tú tienes un Imaginalandia inmenso", le decía mi hija mayor, de doce años, a su hermana de ocho.
"Papá, la tristeza no es mala, solo hay que saber comprenderla...", ¡esa frase es de mi hija pequeña!
"Por eso, tú y mamá nos decís que tenemos que sacar hacia fuera nuestras emociones y no avergonzarnos por ello"...

- Tercero, explica con precisión la importancia y función de las emociones, cómo todas son necesarias y qué hacer para enfrentarse a su aparición aunque en un principio nos desagraden. Es lo que nos ocurre, por ejemplo, con la tristeza y el miedo. En una sociedad como la nuestra, donde nos enseñan que tenemos que vivir siempre en un mundo sin dolor, muerte, fracaso y de recompensas inmediatas (de ahí el poder de las drogas),  los sentimientos que aparecen al llegar estas situaciones generan tal frustración que convierten a la persona en la más infeliz del mundo puesto que se siente víctima de un confabulación estelar y absolutamente personal ("¿Por qué a mí?) que nadie más puede entender "porque el resto del mundo es feliz". Si por cada vez que me han dicho "yo me conformo con vivir feliz como los demás..." me hubieran dado 1 euro...

- Por último, INSIDE OUT nos enseña la importancia de expresar y canalizar esas emociones. No ocultarlas, no hacer como si no existieran. Hay que hablar de ellas, hay que desahogarse, hay que reír, hay que llorar...

En estos procesos un amigo te puede animar, esas personas son muy necesarias y fundamentales, pero un profesional te debe acompañar y ayudar en estos pasos vitales. En otros países, sobre todo anglosajones, la figura del terapeuta es casi imprescindible y no es motivo de vergüenza. Hay que acabar con el estigma de la enfermedad mental y sobre todo su estupida relación con la idea de la debilidad personal. Los "más fuertes" no son los que no tienen debilidades (creencia generalizada y muestra absoluta de nuestra incultura) sino aquellos que mejor las conocen y trabajan sobre ellas...

... para eso existe la figura del psicólogo
... para eso es necesario y fundamental ver "INSIDE OUT".