miércoles, 16 de enero de 2013

LA NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

 José Luis Rufo Rodríguez.


"Al principio y al final siempre hay una emoción" (Punset).




 Las emociones se convierten en motor y núcleo de las distintas dimensiones de la personalidad. La inteligencia emocional, término popularmente conocido por la obra de D. Goleman, del mismo nombre (aunque parece ser que el primer autor que lo utiliza es Leuner en 1966), se reconoce como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, así como la habilidad para manejarlos.

El objetivo de la psicoterapia centrada en la IE no es otro que ayudar al paciente en el conocimiento profundo de sus emociones para que las controle. El desarrollo de la intervención nos hará ver, las posibles disfunciones y orientará al paciente como afrontarlas.

Durante la práctica terapéutica, centrarnos en este tipo de intervención, nos ayuda significativamente en el fin de enseñar al paciente como manejar aquellas situaciones que le provocan frustración. Intentamos que no se sienta tan dañado por ellas. Siguiendo el modelo de  Nathalie P. Lizeretti en su libro "Terapia basada en inteligencia emocional", "es un tratamiento creativo, no correctivo" y que apuesta por llevar al paciente a una visión donde comprenda el síntoma, conozca sus causas y sepa canalizar el dolor que le genera.

Son muchas las distintas situaciones en las que este tipo de intervención puede ser beneficiosa. Sirva de ejemplo, la labor que realizamos con afectados por problemas de alcoholismo en la asociación ARCA en Cádiz. Aunque, como he advertido otras veces, cada paciente es un mundo, en la aplicación de nuestro PTI (Plan Terapeútico Individual), la realización de técnicas basadas en IE, nos ayudan en los objetivos de concienciación de problema con el alcohol, aceptación de la enfermedad y canalización de la frustración que le genera. Se persigue una actitud activa del paciente, para que abandone una posición victimista de su situación y afronte con firmeza el reto, reconociendo sus logros y méritos, a la vez que se muestre orgulloso del cambio. Se convierte por tanto en alguien que se conoce mejor a si mismo y elige aquello que le aporte beneficios, mientras se aleje de lo que le reporte daño.

El que mejor se conoce, es el que conoce sus límites y debilidades, de esa forma pondrá metas realistas y potenciará sus puntos fuertes.

Otro campo donde en mi opinión seria de vital importancia comenzar a trabajar estos aspectos, es en la educación. Si desde nuestro primeros años nos aceptamos y nos dan herramientas para canalizar nuestras frustraciones, desarrollaremos la empatía necesaria y obviamente nuestra sociedad sería menos violenta. Como describía Abraham Maslow : "La mayor parte, sino la totalidad, del mal en la vida humana se debe a la ignorancia", para Lizeretti probablemente esta ignorancia se deba a nuestra falta de conocimiento emocional.

Para terminar os dejo el siguiente enlace del programa de TVE Redes, donde Eduardo Punset  comenta con Daniel Goleman la necesidad de implantación de este tipo de programas en la escuela.