viernes, 13 de diciembre de 2013

COMO ALEJAR A TUS HIJOS DE LAS DROGAS (6). ESTAR INFORMADOS. TABACO.

 José Luis Rufo Rodríguez.

El estudio del profesor Nutt, al que hicimos referencia en el capítulo dedicado al alcohol, nos sirve nuevamente como referencia. Si el alcohol se situaba en primera posición en su clasificación sobre el daño de las drogas, el tabaco se registra en un desgraciado meritorio sexto puesto.


De todas formas hemos de reconocer que, al contrario del alcohol, en los últimos años el trabajo realizado por las administraciones occidentales en la lucha contra el tabaco ha sido muy importante, incluso en mi opinión, en ocasiones exagerado.

Aún así, no podemos quitar valor a lo conseguido:

Prácticamente hoy, todo el mundo coincide en los riesgos del tabaco y su consumo. No ha hecho falta prohibirlo, ni que desaparezca la industria tabaquera. Se demuestra que con información, no publicitación y concienciación se obtienen resultados positivos. Desde mi punto de vista, éstos se centran en tres premisas básicas:

-      No publicitación de la sustancia. Nos encontramos incluso ahora con una generación que no ha conocido en nuestro país los anuncios de tabaco en televisión, ni siquiera asociados a eventos deportivos como antes ocurría.

-      Limitación de su consumo y venta. Espacios libres de humo ( hospitales, escuelas, autobuses, lugares de trabajo…) . Hace unos años no nos sorprendía que un profesor fumara mientras daba clase, que el médico nos atendiera cigarrillo en mano, o que la oficina pareciera Londres en un día de niebla. Hoy, estas circunstancias nos parecen inverosímiles.


-      Por último, no relacionar el consumo de tabaco a actividades saludables como el deporte, a logros de superación personal, a éxito en la vida. Nos encontramos así con deportistas de élite, cuyos equipos sancionan si fuman, series de televisión y películas donde los personajes “positivos” no son fumadores…


Pero a pesar de ello, no debemos dejar de estar atentos como padres a su consumo por parte de nuestros hijos. Como queda reflejado en el capítulo anterior probablemente muchos padres menosprecien el riesgo del consumo de drogas legales, en algunos casos mal llamadas drogas “blandas”, debido a que ellos mismos las consumen y no advierten o no quieren hacerlo las peligrosas consecuencias que para la salud física y mental conllevan tales sustancias.

Estoy convencido de cuál sería la respuesta de la gran mayoría de padres y madres fumadores a la pregunta ¿Te gustaría que tu hijo fumara?

Seamos fumadores o no, no debemos obviar los riesgos del tabaco. Recordemos la figura del modelo que exponíamos anteriormente.

Los progenitores no fumadores a pesar de prestar un ejemplo válido, no deben dejar de advertir e informar a sus hijos de los riesgos que conlleva para su salud. También deben ser conscientes que este tipo de sustancias estarán presentes cerca del entorno de su hijo y les serán ofrecidas y probablemente consumidas.

Pero incluso los padres y madres fumadores pueden utilizar su modelo para producir el rechazo a la sustancia: no fumando en lugares incorrectos, dentro de casa, cuando estamos cerca de ellos. Presentando el tabaco no como un placer, sino como lo que realmente es: una esclavitud. Evitar frases como: “fumo porque me gusta”. Si nuestros hijos oyen eso, como esperamos que no lo vean como algo atractivo.

Centrémonos ahora, en la información que tenemos que conocer de la sustancia. No quiero extenderme en datos, puesto que por suerte encontrarlos es bastante fácil y hoy en día las advertencias e información sobre esta droga están muy extendidas. Sólo me centraré en los que creo de vital importancia.

Lo primero a destacar es su capacidad de “enganche”. La nicotina  es un poderoso adictivo y es la causa de la dependencia al tabaco. A pesar de correr el riesgo de que muchos me tachen de extremista y talibán antitabaco, no admito el comentario para defender el consumo del mismo, con la frase que mencioné párrafo atrás: “Fumo porque me gusta”. Lo siento, no es cierto: Fumas porque eres adicto al tabaco.

¿Quién desea sino una sustancia que provoca lo siguiente?:

-      Alrededor de siete millones de personas mueren al año por tabaquismo, y se calcula que en 2030 la cifra de muertos puede llegar a diez millones. Según datos de la OMS el número de muertos en Europa se estima en 1,2 millones, y es la primera causa de muerte por cáncer de pulmón y de más del 50% de enfermedades cardiovasculares.

-      Un dato aterrador: la mitad de los fumadores fallecen por patologías asociadas a su consumo.

-      Otro dato aterrador: la esperanza de vida de los fumadores es diez o quince años menor que en no fumadores.



También es importante, tal y como hacíamos con el alcohol, acabar con mitos sobre la sustancia. El más común, usado normalmente para justificar su consumo, es su efecto relajante. El tabaco es un estimulante y la sensación de relax está asociada a la calma de los síntomas del propio síndrome de abstinencia asociados a la sustancia.

Por suerte los mitos sobre el tabaco, aunque todavía presentes, se han reducido mucho y la mayoría de la población reconoce el enorme daño que la sustancia provoca. Los resultados saltan a la vista: en España, según datos de la OCDE (Organización para la cooperación y desarrollo económico) se ha reducido el consumo de tabaco en un 25% en la última década.

A pesar de todo, el consumo de tabaco en nuestros adolescentes sigue siendo un problema. Es por ello, que para finalizar me gustaría insistir en una importante idea. Además del daño masivo que estas drogas legales provocan en nuestros hijos y su futuro, hay un concepto que mantienen (ya lo vimos cuando nos centrábamos en el alcohol) y que aumenta los daños y riesgos de su consumo: son drogas de introducción a otro tipo de consumo y adicciones.





RESUMEN (DROGAS LEGALES: TABACO Y ALCOHOL)


-      Legal no significa menos peligroso.

-      No existe las drogas blandas, las sustancias mal llamadas con ese nombre, principalmente alcohol y tabaco, se encuentran entre las drogas más dañinas que existen.

-      Los padres no podemos caer en el juego e hipocresía social: “nos alarmamos si descubrimos que nuestro hijo fuma un porro, y no nos preocupamos si llega borracho los fines de semana”.


-      Son sustancias de inicio al consumo de otras drogas.



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