lunes, 19 de enero de 2015

¿Conocéis a Lex Luthor?

J.L.Ruffo

Tras muchos meses retomo mi actividad en este blog que para mi significa tanto. En mi última entrada os contaba como la vida provoca tantas idas y venidas, tantas vueltas...que en mi caso colocaron al terapeuta en el sillón del paciente. Gracias al apoyo de familia y amigos, gracias al trabajo de profesionales (amigos también) y a diversas lecturas y ejercicios, el 2015 comienza con luz. De algunas de esas lecturas os hablaré en otras entradas, pero me gustaría insistir en la idea de que todo ese esfuerzo significó reconocer que a pesar de los miedos enfermizos que presentaba y el desánimo mental, el pasado año también me sirvió para recolocar a mi vida en una escala de valores y objetivos más lógica, huir de lo negativo y buscar la felicidad donde verdaderamente se encuentra. Como dijo Albert Einstein: "No hay nada que sea un signo más evidente de demencia que hacer algo una y otra vez y esperar que los resultados sean los mismos". Por ello tuve que utilizar nuevas labores, o mejor dicho antiguas pero ya olvidadas, para conseguir mejores resultados. Aunque todavía quede mucho camino (¿y a quien no?) y los días transcurran como en una montaña rusa, con subidas y caídas, la mejora emocional es evidente y he podido encontrar la luz al final del túnel en mis compañeros de viaje. Este camino que llamamos vida y en el que nos acompañan otras personas de las que muchas veces nos olvidamos para centrarnos en nuestras quejas y demandas ( personas a los que anteponemos intereses perdiendo totalmente de vista cual debe ser nuestro objetivo en la vida).
También he tenido la suerte de utilizar como herramientas terapéuticas, aficiones que siempre me habían proporcionado placer y que había olvidado, como eran escribir, y mi pasión por libros, comics y el cine.
Otro aspecto importante que he podido realizar en 2014 ha sido el detectar a, aquella "Gente Tóxica" (como bien define Bernardo Stamateas en el libro del mismo nombre), que ponen dificultades en nuestras vidas. Utilizando como ejemplo del mundo de los cómics, me explicaré a continuación: En estas historias, sobre todo en las más antiguas, porque hoy los llamados villanos de los tebeos se caracterizan por personalidades más complejas, normalmente la diferencia entre el bien y el mal quedaban bien delimitadas. Batman, Superman o Spiderman representaban la justicia y los valores nobles, mientras los malvados eran representados como grotescos, feos y eran ridiculizados en sus continuos fracasos. El Joker (quizá mi favorito), Doctor Octopus, Pingüino...eran caricaturizados con la intención de que se alejaran lo máximo posible del aspecto humano (prototipo de la normalidad). Pero quizás por eso durante muchas décadas pensé que un personaje como Lex Luthor no era un villano al uso y no me producía tal fascinación. Un ser humano "normal", sin poderes...¿Cómo va a hacer frente a Superman, el superhéroe más poderoso? Cuando hablaba del tema con mis amigos, muchos coincidíamos en que lo que hacía más atractivas las historias de Batman o Spiderman sobre las del hombre de Acero eran precisamente sus villanos. Pero quizás con el paso de los años, uno comienza a entender por qué aquel personaje de Krypton tenía que enfrentarse como rival a un simple humano mortal. La respuesta es bien sencilla: no puede haber enemigo peor. 

Lex Luthor representa ese chacal disfrazado de aparente normalidad que se nutre del sufrimiento que provoca en su entorno. Luthor representa hasta donde el egocentrismo oscurece la vida de una persona que tiene que justificarse todos los días en sus actos porque conoce lo rastrero de los mismos. No es un psicópata (como puede ser Joker) que no experimenta sufrimiento con el dolor ajeno, sino un narcisista que piensa que todo el mundo debe orbitar alrededor suya y que cuando no consigue lo que quiere experimenta tal frustración que sólo es calmada con ira y destrucción. Si él lo pasa mal, tiene entonces que conseguir que su entorno caiga en el pozo para poder sentir esa superioridad que necesita. Llegamos así a situaciones de maltrato en la pareja, en los amigos o en el trabajo y pobre del desgraciad@ que caiga en sus redes. Luthor es un perfecto actor, puede incluso mostrarse encantador al principio, pero recurre permanantemente al chantaje emocional o a "comprar" sus lazos afectivos. Estos narcisistas suelen aparentar una alta autoestima y socialmente aparecen como personas muy seguras,  llenas de experiencia y completamente resueltas, pero en realidad lo único que están camuflando es su vacío interior, su falta real de autoestima. Probablemente en esa carencia esté todo el origen del problema: en unos progenitores que no supieron o no quisieron mostrar el esfuerzo necesario para enseñar a un hij@ que el amor no es algo que se compra y que las recompensas no son siempre inmediatas y materiales. Este personaje utiliza la amistad como un "favor que me debes...", siempre desde la perspectiva en primera persona y sin empatía posible. Y os insisto, ahí puede erradicar la mayor oscuridad posible que un hombre o mujer puede encontrar en su existencia y para aquell@s que caigan en sus redes lo mejor es alejarse lo más posible de ellos. Quizás la mejor definición de tales personas me la dio  mi querido y admirado amigo el psiquiatra Doctor Paco Alvarado: "...lo que siempre hemos conocido como un hijo de puta"

Pobre Superman, mejor le hubiera ido quedándose en Krypton.

2 comentarios: