José Luis Rufo Rodríguez.
Retomo mi actividad en el blog, con una serie de
artículos dedicados a aquellos que, como un servidor, tenemos hijos pequeños y
nos preocupa la posibilidad de que entren en el mundo del consumo de drogas
(legales o ilegales).
No pretendo aleccionar, sólo plantear mi visión
basada en dos aspectos fundamentales:
- Mi experiencia como padre.
- Mi experiencia como psicólogo en programas de
drogas.
Prácticamente he de reconocer que ambas se iniciaron al mismo tiempo hace ya unos 10 años y ambas empezaron con temores y dudas sobre cómo ejercer mi rol. Como creo que nos habrá pasado a todos, una cosa es el conocimiento teórico y otra muy distinta el ejercicio práctico. Cuando nos dan la noticia que vamos a ser padres, lo normal es que nos invada una felicidad enorme pero no podemos olvidarnos de la responsabilidad de lo que vamos a convertirnos.
Ser padres es un regalo maravilloso....pero también
una inmensa responsabilidad. Una etapa de alegrías....pero también llena de
disgustos, miedos, temores...
Como les comento a los pacientes que acuden a
la asociación ARCA, dedicada a la lucha contra las consecuencias del
abuso-dependencia del alcohol, cuando uno lleva una etapa de abstinencia
prolongada la balanza decisional en la que introducimos en un lado del peso las
consecuencias positivas del consumo y en el otro las consecuencias positivas de
la abstinencia, estas últimas deben ser tan pesadas que nos lleve a la decisión
de mantener la abstinencia: Pasamos de un "No puedo beber", a un "no
quiero beber" . Lo mismo ocurre con la decisión de ser padres: en un lado
de la balanza no hay que olvidar lo positivo de mantener nuestra
"libertad" y no someternos a las ataduras de tener hijos, pero si
realmente lo queremos y se trabaja desde la responsabilidad hay millones de
razones que harán caer la balanza hacia el otro peso, y convertirán nuestra
decisión en una de las más felices de nuestra vida.
Obviamente uno de los mayores peligros que nos
encontraremos como padres es el mundo de las drogas. Vidas destruidas, familias
rotas, tragedias...todo ésto se esconde tras esas sustancias, y debemos tener
las ideas claras de como actuar para intentar que nuestros hijos no caigan en
ese mundo. Sin entrar en culpas, muchas veces tengo la sensación que si las
cosas se hubieran hecho con sentido común, si los padres hubieran tomado otra
actitud probablemente no nos encontraríamos muchas historias que día a día
escuchamos en nuestro trabajo. No quiero que se entienda mal, insisto que esto
no son lecciones y lo que os comentaré en distintas entradas del blog no son el elixir maravilloso que todo lo
solucione....El día de mañana (espero que no ocurra) el mismo que os escribe
estas líneas, puede enfrentarse con el problema en una de sus hijas. Es
precisamente esta actitud, la que me mantiene en alerta y centra mi esfuerzo en
jugar este partido e intentar ganarlo....
Soy consciente de la dificultad que los padres
tenemos en esta tarea, y que por desgracia el partido a jugar depende de
muchos factores, pero sí estoy convencido que teniendo en cuenta nuestra
actitud a la hora de educar a nuestros hijos la probabilidad de caer en estas
adicciones se reduce, o que si esta desgracia nos llega, nuestra capacidad de
afrontamiento ayudará a salir de la situación.
Un último apunte para acabar esta introducción,
dirigida a los políticamente correctos....lo siento, me niego a diferenciar,
cada vez que los nombre, a padres y madres. Me parece absurdo. Cuando hable de
padre me dirijo a los dos, igualmente si se habla de madres me siento
integrado, no tengo problemas...ser padres no es cuestión de sexos, sino de
figuras implicadas y responsables.
Acabada la introducción empezaré con los artículos.
Espero que os gusten y que comentéis lo que deseáis...
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