José Luis Rufo Rodríguez.
El día a día de la atención de pacientes con adicciones, principalmente con alcohol, oscila en mi caso, entre la intervención motivacional centrada en el abandono de la conducta adictiva, y la intervención específica en aquellos casos en los que además hay que tratar otras sintomatologia propias de otros trastornos y que se asocian frecuentemente con los trastornos ocasionados por el consumo de sustancias.
Como defiendo en este blog, no considero una única manera válida de lograr los objetivos propuestos y mucho menos me considero un especialista en escuela alguna. Nuestra labor se centra como he dicho al principio en el día a día, en el "a ver que nos encontramos hoy...."
Una de las terapias que me han ayudado a plantear determinadas cuestiones con los pacientes y abordar estas intervenciones específicas ha sido la Terapia Breve y de Emergencia. Hace unos años cayó en mis manos un libro del mismo nombre cuyos autores Leopold Bellak y Leonard Small, imagino que os serán conocidos; sobre todo el primero por su aportación en el mundo de los test con el conocido TAT (Test de Apercepción Temática). Reticente en un primer momento a la inclusión de posturas psicoanalíticas en mi día a día, (ojo no por critica a esta escuela, sino por que no tengo las formación adecuada) comencé a leerlo...
En este manual, el autor reconocido psiquiatra y psicoanalista defiende la inclusión de este tipo de intervención tanto en la prevención primaria, secundaria y terciaria. A pesar de que su uso está más extendido en las situaciones agudas, mi utilización de esta terapia se refiere más a casos donde la sintomatologia es crónica y se mantiene en el tiempo. Principalmente por dos razones: para cuadros agudos mi tendencia siempre es recurrir a la intervención cognitiva conductual, y segundo porque con los pacientes crónicos, normalmente con más recorrido en psicoterapia, llevamos tiempo tratando la adicción y el feeling terapéutico es mayor, con lo cual creo que facilita bastante el trabajo,(al menos para los no especialistas, como es mi caso).
Los autores reconocen sus origenes psicoanaliticos en su terapia: determinismo, sobredeterminismo, continuidad de la personalidad y de la inconsciencia, y la homeostasis. Este último, interesante concepto que incluso hoy dia la neurociencia reclama, eso si con las diferencias obvias con las teorías psicodinámicas. ¿Caminamos hacia un neuropsicoanalisis?. Sobre este tema recomiendo un artículo en el número 15 de la revista Redes (Punset),
Pero a su vez, también marcan la diferencia con esta escuela en diversos aspectos:
- Métodos: la asociación libre no es tan fundamental (aunque reconozco y utilizo como un buen punto de partida) y la relación terapeuta con el paciente es directa: éste se sienta "vis a vis" con su terapeuta. Además va unido a otras intervenciones (farmacológicas, ambientales,....).
- Factores de tiempo:se recomienda entre una a seis sesiones, alejado de las "eternas" consultas psicoanaliticas.
- Metas: no se trata de la reconstrucción de la personalidad sino de la mejora de síntomas. Citando puntualmente: "suficiente para ayudar a los pacientes a que lleguen a un punto desde el cual pueden continuar una mejoría autónoma". Entiendo por tanto, que no se concibe al paciente como un enfermo incapaz de avanzar, sino como alguien capacitado para afrontar sus problemas y superar sus miedos. Es precisamente en este concepto en el que más coincido.
No comparto, por otro lado, la critica realizada en la obra, hacia posiciones existenciales, a las que tilda de limitadas. Vuelvo a mi origen: "un ecléctico no rechaza nada".
A partir de aquí, y tomando como partida esta terapia, es donde dirijo la intervención en función de los siguientes objetivos: Intento obtener el histórico psicológico del individuo desde su infancia, reconociendo carencias emocionales y afectivas y el establecimiento del patrón de personalidad que le hace interpretarse a si mismo y a las relaciones con su entorno. Posteriormente detectar los mecanismos de defensa que perpetúan ese "equilibrio". Como dicen los autores, más que esperar que el paciente consiga el "insight", hay que provocarlo. Una vez detectado intentamos realizar la critica de tal posición y por último elegimos las actividades dirigidas a buscar el mayor alivio del paciente.
Una vez realizado y si se ha conseguido mejora, mantengo consultas de revisión si el paciente las acepta para la "ventilación cotidiana" y la revisión mas dirigida hacia terapias de counseling...pero como escribía Michael Ende en la genial "La historia interminable": "eso es otra historia y debe contarse en otra ocasión..."
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