jueves, 1 de marzo de 2012

EL DESPERTAR DE I.D.YALOM.

 José Luis Rufo Rodríguez.


Madrid, Casa del Libro. Junio de 2010. Mi buen amigo, y admirado psiquiatra, Manuel Martínez, me recomienda la lectura de un pequeño libro: Mirar al Sol. Le reconozco que no conocía mucho, más bien nada, sobre la obra de su autor Irvin D. Yalom. Me anima a leerlo.

Tras una primera lectura rápida, el libro me pareció bien escrito, honesto, sin pretensión excesiva y fácil de comprender. El autor reflexiona, a través de su experiencia con sus pacientes, sobre el miedo latente a la desaparición, al fin de la existencia, más en si que a la propia muerte. Como decía el genial Woody Allen, al que el propio autor utiliza en este libro: “No es que le tema a la muerte, simplemente no quiero estar allí cuando llegue”.

Hasta ese momento, en pacientes con problemas de ansiedad, la principal intervención ( y todavía la mantengo como primera opción) era trabajar la sintomatología presentada desde un perspectiva prácticamente cognitiva-conductual. Mantengo la necesidad de enseñar al paciente las señales previas a ese estado, la importancia del autorregistro para analizar la ansiedad con respecto a situación e ideación asociados, técnicas de relajación,  replanteamiento de ideas, etc…

Lo curioso es que a partir de esta primera lectura, comencé a denotar en algunos pacientes con problemas de ansiedad generalizada, a pesar incluso de mejorar la sintomatología, el mantenimiento de esos síntomas y el regreso posteriormente a esquemas cognitivos que le posicionaban de nuevo ante la ansiedad y temor generalizados. Al lanzar de forma pausada en terapia, en un contexto donde la confianza terapéutica está asentada, la pregunta: ¿piensas frecuentemente en la muerte,? varios que al principio negaban ese temor, e incluso en las pruebas psicológicas planteadas, como el SCL-90-R (item 59), habían respondido minimizando su importancia (¿negación?), reconocían que mantenían de forma habitual ese pensamiento. En esos casos decidí, aunque manteniendo los ejercicios cognitivos anteriores y animándoles a seguir utilizándolos, centrar las terapias siguientes en este tema. Estos pacientes reconocen en la mera ventilación de tales ideas un importante alivio, no se trata de una “cura absoluta” pero si una suma importante en las mejorías ya conseguidas.

En esta obra hay en mi opinión dos ideas fundamentales: Por un lado “la experiencia del despertar”, un “enfrentamiento con la muerte que acaba por enriquecer la vida” en palabras del propio autor. Muchos conocemos cómo personas con experiencias cercanas a la muerte pierden el temor a la misma, de ahí la importancia de afrontar con el paciente este temor, puesto que su negación provoca un fuerte conflicto.

Por otro lado y dentro de varias ideas que Yalom expone como ayuda terapéutica a superar el miedo a la muerte me quedo con su exposición sobre la belleza de lo transitorio. Utilizando a Freud: “Valoramos más lo que podemos disfrutar de forma transitoria”, por lo que hay que resaltar la importancia de que nuestra paso transitorio perdure mas allá, como las ondas formadas por una piedra al caer en un lago: No habla de fama, simplemente la necesidad de sentirse útil para otras personas, realizarse personalmente en actividades gratificantes para el paciente, …son muestras de estas ondas.

Para concluir y enlazando con el primer articulo, creo que lo expuesto, es un ejemplo de ese eclecticismo, y de la necesidad de utilización de técnicas, visiones y planteamientos de diversas escuelas o movimientos.

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